Autor de Inodoro Pereyra y Boogie el Aceitoso como obras trascendentales dentro de la historia argentina de los “comics”, Fontanarrosa resulta un icono de la literatura contemporánea de nuestro país, transmitiendo el sentir popular, el arraigo a las costumbres nacionales, y su amor por su querido Rosario Central y el mundo futbolero.

Por la fecha de su natalicio se celebra el Día Nacional del Humorista.

Con el tiempo, Fontanarrosa se convirtió en una figura clave del humor gráfico en la Argentina. Creó personajes que marcaron a generaciones de lectores como Inodoro Pereyra y su entrañable perro Mendieta.

Aquejado de una enfermedad neurológica, en enero de 2007 Fontanarrosa anunció a sus lectores que su dolencia le impediría continuar dibujando con su propia mano, por lo que, a partir de aquel momento, contaría para poner en imágenes sus ideas con la colaboración de otros dibujantes, como Negro Crist (Cristóbal 

Autor de Inodoro Pereyra y Boogie el Aceitoso como obras trascendentales dentro de la historia argentina de los “comics”, Fontanarrosa resulta un icono de la literatura contemporánea de nuestro país, transmitiendo el sentir popular, el arraigo a las costumbres nacionales, y su amor por su querido Rosario Central y el mundo futbolero.

Por la fecha de su natalicio se celebra el Día Nacional del Humorista.

Con el tiempo, Fontanarrosa se convirtió en una figura clave del humor gráfico en la Argentina. Creó personajes que marcaron a generaciones de lectores como Inodoro Pereyra y su entrañable perro Mendieta.

Aquejado de una enfermedad neurológica, en enero de 2007 Fontanarrosa anunció a sus lectores que su dolencia le impediría continuar dibujando con su propia mano, por lo que, a partir de aquel momento, contaría para poner en imágenes sus ideas con la colaboración de otros dibujantes, como Negro Crist (Cristóbal Reinoso) u Óscar Salas. El 19 de julio de ese mismo año, Fontanarrosa falleció en Rosario, su ciudad natal, a consecuencia de esta enfermedad.

Una frase del escritor, se hizo eco en las últimas horas al definir de manera precisa el afecto que sentía, como gran parte del país y el mundo, por Diego Maradona.
«Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía», fue la frase del escritor acostumbrado a gustar a todos por su simple pero profundo ingenio.