Por: Daniel Zambaglione
“Si me muero quiero volver a ser futbolista y quiero volver a ser Diego Armando Maradona. Soy un jugador que le ha dado alegría a la gente y con eso me sobra”
Hoy 27 de noviembre, 8:00 Am me levante como todas las mañanas, pero la sensación que percibo en mi cuerpo es distinta a las mañanas anteriores. Siento un vacío, una presión en el pecho, no puedo definir bien lo que me pasa. Estoy triste, ese es mi estado. Busco en mi interior, pienso y llego a la conclusión que pocas veces me he sentido así y encuentro que es algo comparable con lo que sentí cuando fallecieron mis queridos viejos, sí, eso mismo sentí el mañana siguiente, concluido el ritual de sus respectivos entierros. Repaso esos sentires profundos que parecen fisiológicos pero que en realidad son muy subjetivos y revolviendo el pasado que con fallidas ansias pretendo olvidar, encuentro otros momentos similares, como lo fueron la muerte de Norberto “Pappo” Napolitano, para mi uno de los más grandes guitarristas argentinos emblema del rock nacional y otro momento, la muerte de Néstor Carlos Kirchner, presidente Argentino que supo poner de pie a un país desbastado por políticas neoliberales. Y cuando todo parecía tranquilo en mi interior cicatrizado, nuevamente esa sensación aflora en mi cuerpo que es un so(gra)ma, donde se va inscribiendo todo lo que me pasa y que de alguna manera me marca para siempre, esta nueva y dolorosa marca la dejó el fallecimiento del Diego , si, así le decimos al más grande jugador de todos los tiempos (no jodan con comparaciones Messi terrenales) Al D10S mas imperfecto, al D10s más humano y sucio de barro humano como diría otro grande e inmortal, Eduardo Galeano. Maradona nos dejó en un momento muy particular, en medio de una pandemia, en momento de un nuevo gobierno popular que el mismo militó y que poco pudo disfrutar, ,nos deóa en momento de la recuperación de la democracia boliviana que también alentó hasta el cansancio cada vez que pudo ,en un momento en que aceptó ser el DT de un humilde equipo de Argentina ,mi club ,Gimnasia y Esgrima La Plata. La puta, como no voy a sentirme triste, me sobran , nos sobran razones para llorar. Se nos fue un grande, siempre se nos van los mejores. Pero para ser justos debo decir y gritar a voces que nos dejó un legado maravilloso imposible de olvidar, una herencia de lucha y rebeldía, que ni el más poderoso de los opresores podrán invisibilizar y que podemos encontrar en las profundas y a su vez simples frases que describen de cuerpo entero a este D10s impuro. Él supo decir: “Yo me equivoque y pague, pero la pelota no se mancha” expresaba entre lágrimas el día de su despedida del futbol como jugador ,le hablaba con amor al pueblo de a pie y les gritaba en la cara con fuerza de insulto y con forma de cachetada a los poderoso de turno ,a los miserables del festín obsceno ,a los mercantiles del deporte más lindo del mundo que poco saben de pasión popular .Tan grande fue el Pelusa que no solo dejó su marca registrada en cada cancha que piso ,ya sea el césped del estadio más lujoso o la canchita de barrio más barrosa, Él dejó su impronta de militante comprometido con las causas de los más humildes porque Diego es del sur ,Diego es sur global el mismo que le propinó duro golpe en el rostro al mismísimo Bush cuando en la contramarcha del ALCA aquel 4 de noviembre de 2005 , junto a Chávez y a Evo Morales expresaba ante una multitud : “ Los Argentinos tenemos dignidad , echemos a Bush” .Ese es el auténtico Diego ,el que dijo ante las cámaras “soy Diego ,pelusa ,ignorante ,negro ,villero, Hijo de puta ,me gusta ser como soy” ,el dejo claro siempre que lo comparaban con Dios y el respondió yo no soy Dios ,soy un jugador de futbol. Pelusa nunca dejo de ser el pibe de barrio que nació en una villa, nunca se olvidó que se comía salteado y que agradeció la grandeza de su madre Doña Tota que se hacia la descompuesta para que la comida alcance para sus hijos privándose ella de cenar, mil anécdotas que nos toca el corazón. El nunca renegó, ni negó de su condición imperfecta, por eso se lo quiere y admira, no solo por la magia que destiló en cuanto rectángulo sobrevoló , también se lo venera por su honestidad, por su valentía ,por su irreverencia y por sobre todo por su conciencia de clase. Él supo sentarse a la mesa de jeques que presentaban el menú en platos de oro y luego volvía a la villa a visitar a sus amigos más humildes sin ningún problema. Él nunca se olvidó de su pasado y de su gente que esta altura es el pueblo trabajador. El Diego se nos fue, tal vez de la peor manera que hubiéramos querido. En realidad y siendo muy sincero y muy egoísta, al gordo lo queríamos vivo para siempre. Seguramente algunos se regodean ahora mismo con su muerte., los poderosos, esos que dictan las normas que ordenan las vidas de los cuerpos vulnerados el 25 de noviembre seguramente festejaron de la misma manera que festejó la oligarquía rancia, cuando se enteraron que la señora Eva Duarte de Perón, la abanderada de los humildes, así la llamaba el pueblo, tenía cáncer y salieron a pintar en las paredes en la ciudad porteña “VIVA EL CANCER”.
Se nos fue un grande del fútbol, se nos fue un tipo que entendió la política y que no se ocultó detrás de sus riquezas .Siempre le puso el pecho a las causas populares. Nunca se guardó nada, desprecio a los yankees y a los piratas ingleses, apoyo a Evo a Fidel a Lula, a Correa, a Lugo, a Néstor y a Cristina .Se fue uno de los nuestros .Te llora el fútbol mundial, te lloran los líderes de Latinoamérica, te llora el pueblo tripero.
D10S que en paz descanses.