

El científico argentino José Mordoh tiene 84 años y es investigador superior del Conicet y jefe del Laboratorio de Cancerología en la Fundación Instituto Leloir. Desde hace treinta años se propuso desarrollar un tratamiento para luchar contra el cáncer. Hoy ese objetivo se ha cumplido y promete hacer historia a nivel mundial.
A su edad de 84 años logró su objetivo y marcó un hito para la ciencia Argentina y del mundo. Crearon una vacuna que combate el melanoma cutáneo -un tipo de cáncer de piel agresivo- y ataca las células cancerosas. Es la primera aplicación de inmunoterapia basada en células, lo cual trae grandes esperanzas en la región.
Esto implica que en vez de atacar directamente al tumor como la quimoterapia o los rayos, logra que el sistema inmunológico del paciento se defienda. Esta vacuna que creó junto a su equipo, estimula y enseña al cuerpo a crear una resistencia contra el tumor y atacarlo.
Esta investigación se logró gracias al aporte público del Conicet y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica además del aporte privado de la Fundación Cáncer y la Fundación Sales. Estará disponible en la Argentina en formato de suero vacunal, entre marzo y abril 2024 y será producida en escala tanto para el país como para la región por el laboratorio argentino Pablo Cassará bajo el nombre Vaccimel.
Esta no solo es la primera vacuna contra el melanoma cutáneo, sino también la primera terapia inmunológica basada en células en la región. Para tener en cuenta las terapias celulares aún no están disponibles en América Latina, ni siquiera las CART-T de las empresas multinacionales.
"Lo interesante del estudio es que también pudimos determinar que el tratamiento con VACCIMEL es compatible con los llamados ‘inhibidores de los puntos de control inmunológico’, un tipo de inmunoterapia que en los últimos años ha probado mejorar enormemente las perspectivas de estos pacientes. La combinación de ambos tratamientos es segura, y potenciaría la respuesta inmune contra este agresivo tumor de la piel” explicó Mordoh.
Es así que Mordoh y su equipo científico alcanzó un hito significativo para la ciencia argentina aunque lejos de quedarse conformes con la vacuna, trabajan en diseñar vacunas para otros tipos de tumores como el cáncer de mama triple negativo y el cáncer de páncreas.
En el año 1963 Mordoh se recibió de médico en la UBA con diploma de honor, y pocos años más tarde -de 1963 a 1966- fue becario del CONICET bajo el ala de su director y Premio Nobel de Química, Luis Federico Leloir con quien posteriormente compartirían más de 15 años de investigación.
Leloir, José Mordoh y Armando Parodi en el laboratorio de la Fundación Campomar de Vuelta de Obligado (1966).
En el año 1966 se propuso estudiar el funcionamiento del cáncer, donde se fue becado al Instituto Pasteur de Francia. Allí se formó junto al Premio Nobel de Medicina, François Jacob. En 1972 regresó al país y creó el Laboratorio de Cancerología en el actual Instituto Leloir. Tiempo después fundó junto a otros colegas la Fundación Cáncer y el Instituto Alexander Fleming, especializado en oncología.