

Por: Agustina Miranda
A raíz del creciente uso de las billeteras digitales, el Gobierno de la Nación oficializó a través del decreto 731/2024 el uso de medios electrónicos para pagar propina a los empleados de gastronomía, hotelería, expendedores de combustibles y actividades de reparto. De esta manera, se facilitará el pago de manera virtual.
En este sentido, las empresas de servicios de cobros deberán ofrecer a los comercios un código QR para que los clientes puedan abonar este monto extra, ya sea con tarjeta de débito, crédito o billetera virtual. Sobre este punto, no habrá ninguna obligación impositiva a los comerciantes ni formará parte de la relación laboral.
El dinero en cuestión podrá ser transferido al trabajador o ir dirigido a una nueva cuenta del comercio que tendrá que enviarle dicho monto a los empleados con un plazo máximo de 24 horas, ya sea de forma digital o física, sin descuentos ni modificaciones.
Salió el DNU sobre las propinas. Cuestión que afecta a más de un millón de trabajdores. Por regulaciones, impuestos y retenciones tributarias, no existia la propina electrónica. Hasta hoy, era considerada parte de la remuneración, entonces si era digital subía el costo de la…
— Agustín Romo (@agustinromm) August 14, 2024
"El objetivo del presidente Javier Milei es que más de un millón de trabajadores de estos sectores se beneficien por el esfuerzo de su tarea, sin incomodidades ni trabas burocráticas, impositivas o laborales. Con esta propuesta ganan todos: los trabajadores porque se garantizarán el cobro de un mayor volumen de propinas, los empleadores porque no afrontarán un costo extra y los clientes debido a que podrán operar en condiciones equivalentes a las de un país desarrollado", explicaron las autoridades.
Por su parte, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger aseguró: "En la mayoría de los países del mundo, esta práctica es común. En Argentina, en los hechos, estaba vedada porque la ley de contrato de trabajo consideraba a la propina como una remuneración. Por lo tanto, su pago electrónico elevaba los costos para el empleador".
Además, explicó: "A eso se sumaba la carga de retenciones impositivas, que todavía existen en pagos electrónicos, y una ambigüedad sobre si la propina era ingreso gravado para los receptores. Todo ello conducía a que las partes involucradas no tuvieran el incentivo para que el cobro de propinas se hiciera de manera electrónica".