

El Papa explicó que, "a raíz de la emergencia sanitaria provocada por la propagación del Covid-19, que afectó negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano", ha tomado la decisión de reducir los sueldos para garantizar todos los puestos de trabajo. Y así poder administrarlo.
Entonces, a partir del 1 de abril, la remuneración de los cardenales se reduce en un 10% con respecto al último salario, mientras que la rebaja es del 8% en el caso de aquellos que tienen el cargo de superiores y del 3% a eclesiásticos y religiosos.
El reciente presupuesto del vaticano aprobado para el 2021 será el más restrictivo de la historia y se esperan cerca de 50 millones de deuda.