jueves 10 de octubre de 2024 - Edición Nº2136

Nacional | 15 sep 2024

El peronismo bonaerense, ante la complejidad de tocar el aparato


Por: Maximiliano Juárez

Esta semana terminó la interna en el kirchnerismo bonaerense. Se confirmó en el acto de Cristina Kirchner en Merlo y de Axel Kicillof en Mar Chiquita que el gobernador bonaerense no piensa en una ruptura con la ex presidenta de la Nación. Esto significa que las disputas entre la organización de Máximo Kirchner, intendentes bonaerenses y los funcionarios del gobernador, se limitan a la acumulación de poder de cara al cierre de listas para las legislativas del año 2025. No hay cuestión de fondo. Nadie en el peronismo bonaerense pelea ya por diferencias programáticas.

No está en discusión el proceso político iniciado en el año 2015 donde el kirchnerismo se quedó con la totalidad de la representación electoral del peronismo bonaerense sino quien hereda ese mundo de representaciones, un imaginario colectivo, y es lo que reflejó ayer Axel Kicillof es su acto en la quinta sección electoral. Donde no mostró una ruptura en su retórica discursiva con el pasado sino un compromiso con esas banderas. El problema es que en este escenario hay dos cuestiones evidentes. La unidad mostró signos de agotamiento. Significa más una trampa que una llave a nuevas victorias y el segundo tiene que ver con que los sectores ligados a la conducción del PJ bonaerense van a reflejar una discusión respecto a unas primarias como una ruptura definitiva con Cristina, costo que Axel no está dispuesto a pagar.

Para hacer un análisis exhaustivo de la complejidad que enfrenta el peronismo en la provincia de Buenos Aires es necesario analizar el comportamiento electoral desde la irrupción del presidente Javier Milei en el prime time político de la República Argentina. En las legislativas del año 2021, el Frente de Todos llegaba con el boleto picado, diría el turco Asís, tras la ruptura política y humana del presidente Alberto Fernández con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Fue una elección centrada en la pandemia y la candidata del peronismo, Victoria Tolosa Paz, se transformaba en la primera derrotada de la era Milei. La particularidad es que los dos contrincantes de esa elección son hoy dos entusiastas del actual Gobierno Nacional: Diego Santilli y José Luis Espert. La cosa quedó en un 39,77% para la Alianza Juntos, 38,59% para el Frente de Todos y 7,50% para Alianza Avanza Libertad. La derrota impactó en la sección capital, Juntos (46,12%), Frente de Todos (34,64%) y Alianza Avanza Libertad (6,97%); en la primera (39,2%), (39%), (7,84); en la segunda (52,04%), (34,7%); en la cuarta (50,06%), (34,16%); (6,32%); en la quinta (51,1%), (31,21%), (6,77%); en la sexta (52,19%),(28,87%), (9,43%), y en la séptima (51,04%), (33,73%), (6,79%); el kirchnerismo solo mantuvo su reinado en su hogar, la tercera sección electoral (45,67%), (32,33%), (6,98%).

Axel insistió ayer por la tarde en Mar Chiquita que el pueblo no acompañó al presidente en la provincia de Buenos Aires en las elecciones del año 2023. Es real, pero tampoco se puede mentir el mismo si quiere ser exitoso en las urnas. Por eso ahora es necesario ir hacia la última elección y pensar que pueden llegar a reflejar las urnas si se confirma la coalición electoral del espectro de derecha y centro derecha argentino en PBA.

El escrutinio definitivo marcó los siguientes números: Axel Kicillof (44,94%), Néstor Grindetti (26,61%) y Carolina Piparo (24,57%). Un acuerdo entre estas fuerzas puede hacer ganar a la oposición en las legislativas (2025) y en la ejecutiva (2027. No es lineal, pero son números a los cuales la política tiene que volver.

Axel ganó en la capital provincial; Unión por la Patria (40,34%), Juntos (33,52%) y la Libertad Avanza (21.05%). La división electoral de la propuesta de la oposición no solo benefició al gobernador, también le dio la intendencia a Julio Alak por 606 votos. Hay 80.442 platenses que votaron a La Libertad Avanza y en el futuro pueden definir la elección. En la primera sección electoral, también sucedió lo mismo UxP (44,36%), JXC (26,46%) y LLA (24,78%). En unidad la oposición sacó 233.435 más votos que el peronismo. En un distrito simbólico como San Martín, que tiene una referencia fuerte como el ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, el peronismo quedaba 5792 votos abajo si enfrentaba una propuesta de unidad, se repite el caso en Morón, donde el intendente Lucas Ghi se benefició con la división, ya que una lista de unidad le ganaba por 17.239 votos. En la segunda UXP (37,35%), JXC (32,01%), LLA (28,23%); en la cuarta UXP (37,66%), JXC (36,31%), LLA (26,03%), la quinta UXP (35,4%), JXC (34,73), LLA (26,59%), en la sexta el peronismo perdió JXC (33,14%), UP (32,71%), LLA (31,24%) y en la séptima UP (35,44%), JXC (34,03%), LLA (28,24%); en la tercera sección electoral es otra historia, el peronismo es la mitad más uno y le gana de manera holgada a una lista de unidad opositora UXP (51,54%), LLA (22,79%), JXC (21,15). Las diferencias en Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Florencio Varela y La Matanza fueron abrumadoras. No mencionamos Lomas de Zamora y Quilmes porque la diferencia fue más escueta.

El discurso de Axel es real, pero debe ser interpretado por los decisores con cautela, ya que la demografía electoral presenta obstáculos mayúsculos. Es muy absurdo negar que el presidente de la Nación, Javier Milei, con la sociedad expectante del resultado de su lucha contra la inflación, está mejor posicionado para encarar una elección en la provincia más grande de la Argentina que cuando la encaró en 2023 con aventureros y políticos profesionales que habían quedado afuera del statu quo político de la última década.

La Casa Rosada tiene margen para disputar, hoy Javier Milei y el jefe del PRO, Mauricio Macri, están a una hidrovía, un ministerio de Transporte, o Infraestructura, para sellar definitivamente ese frente electoral. Milei está a un movimiento táctico de poder quedarse con todo y el peronismo está a un movimiento táctico de perder lo poco que le queda.

Hay más complejidades para el peronismo cuando se advierte que no tiene frontmans taquilleros como el presidente de la Nación, que cuenta con la mismísima vicepresidenta, Victoria Villarruel, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, José Luis Espert, para dar una batalla mediática al ritmo de la época. El dream team ideal de la derecha argentina. Por otro lado, el peronismo bonaerense empieza a compactarse entre las intervenciones de la ex presidenta y los movimientos del gobernador. 

La dependencia de la tercera sección electoral es monstruosa. El destino del peronismo parece estar atado a la suerte de una sección electoral del conurbano.

Es un análisis trabajado, escrito, reflexionado, pero al que hay que volver porque sigue estando ahí. Ante un peronismo que se achica más, su éxito parece depender cada vez más de que caiga una catástrofe de dimensiones bíblicas sobre la Casa Rosada.

 

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