

Por: Maximiliano Juárez
Axel Kicillof está convencido de que el modelo donde prima el Estado presente y el dirigismo económico todavía tiene reservas para quemar. Es un enigma descifrar si las ondas expansivas del crack que le generó Javier Milei a la corporación política argentina no penetró ya el “escudo” que puso el gobernador en territorio bonaerense, último reducto en pie del proceso político iniciado en el año 2003.
Javier Milei llegó al poder en Argentina porque el gobierno peronista de corte socialdemócrata representó tanto a la corporación política que se terminó quedando sin ideas y sin sociedad, al igual que Mauricio Macri, la otra mitad del establishment político argentino que hoy está en vías de extinción. Tan poca sociedad les quedó a las dos coaliciones que configuraron el sistema político post-convertibilidad que el presidente impulsó este año reformas políticas, institucionales y económicas de enorme magnitud sin tenerlos en cuenta ni preocuparse por sus mórbidas reacciones. El león fue el dueño absoluto de este año político que se va. Después de una década,argentina vuelve a tener un presidente con pretensiones hegemónicas y de dominación total.
Así, ante el colapso de estas dos marcas, el presidente sintonizó el desencanto y logró imponer políticamente una agenda que parecía insólita para la excepcionalidad argentina. ¿Y qué pasa con el peronismo? ¿Por qué Axel Kicillof tuvo un año tan grisáceo? Siendo el gobernador de la provincia más importante no pudo consolidarse como el opositor más nítido al capitalismo plebeyo libertario. Ernesto Laclau llama interregno al momento de crisis orgánica en el que “lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer”. Este interregno atraviesa en cuerpo y alma al gobernador. Su gestión lleva en la sangre la marca de Cristina Kirchner, que lejos está de querer morir en la era libertaria y mucho más lejos está de heredarle a su discípulo los significantes kirchneristas, que ya dejo muy en claro que serán para La Campora, que no dudo en dejarlo sin presupuesto y endeudamiento.
Mientras que Andrés Larroque hace de frontman kicillofista- hoy deben extrañar a Sergio Berni- el gobernador emprende una estrategia que salió de las entrañas de Guillermo Moreno, que sonó en principio como chicana, pero fue el consejo más sabio que le dieron: “Arma el progresismo porque se lo van a quedar otros dirigentes” y en eso están sus estrategas que volvieron a las mateadas en las plazas, metieron un INCAA bonaerense, recuperaron jubilaciones de privilegio para los bancarios, elevaron una propuesta para absorber Aerolíneas Argentinas, crearon una empresa bonaerense de medicamentos, reforzaron el rol de los organismos recaudatorios, los sábados siguen los descuentos con cuenta DNI y hasta lo fotografiaron leyendo “Cometierra” de Dolores Reyes, más otros simbolismos en materia de género, como sostener el ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y armar de raje un salón de las mujeres. Como siempre, el contexto y la época hablaran, y se verá si el peronismo toma ese cuerpo que propone el gobernador o surge otra vía. Lo de Cristina y el PJ Nacional todavía no es claro. Sus apariciones fueron para hacer diagnósticos de la coyuntura política nacional e internacional.
Del otro lado Milei dijo “argentinos a las cosas” y ejecutó el poder como un peronista más, como si de joven en vez de estar estudiando a Murray Rothbard y Milton Friedman, se hubiese ido a un seminario de acción política con Carlos Saúl Menem y Néstor Carlos Kirchner. En la Bolsa de Comercio de Córdoba hace dos días el presidente se anotó los siguientes hitos: baja inflación- reducción de la pobreza por debajo de la línea del gobierno todista-crecimiento en sectores estratégicos como agro y minería- control del tipo de cambio- desempleo a la baja- potencial acuerdo con el FMI para levantar el cepo- crecimiento sin política fiscal expansiva- y entre otros podemos mencionar el fin de los piquetes y la recuperación de la investidura presidencial. Según la última encuesta de la consultora Analogías la imagen positiva del presidente está en 53% con un crecimiento de 5% respecto al mes de octubre y las expectativas sobre la situación económica mejoraron en torno al 57%. Un montón.
El kirchnerismo espera que este plan no sea sostenible. Se prenderán a un rosario para que Milei choque como Macri. Esta parece ser la premisa central. La diferencia es que Mauricio Macri pidió plata a los accionistas privados, al Fondo Monetario Internacional, abrió el cepo, se la fugaron y explotó todo. Fin. Un clásico modelo financiero sin pata productiva. Milei va por otra vía, aprendieron de esta experiencia y el cepo ya les dio resultado cuando el 5 de agosto se desató una crisis financiera global tras el derrumbe de la bolsa de Japón. El ministro de Economía, Luis Caputo, prefiere no escuchar los consejos de Domingo Cavallo y el staff del fondo que piden una salida del cepo y su posterior devaluación, que impactaría en el programa inflacionario; esperan que asuma Donald Trump para que presione al organismo para que acuerde con Argentina y le gire 15 millones de dólares para salir del cepo sin sobresaltos. Acá empezará otro partido y los argentinos observaremos si esto genera las tan ansiadas inversiones extranjeras directas, que ya cuentan con el RIGI como garantía extra, o será lo que pasa siempre con los gobiernos aperturistas. Un paréntesis a tener en cuenta: Milei ya le vendió su alma a Trump. Veremos que más tiene Argentina para dar ya que el “América para los americanos” de los republicanos no es para todos los americanos, es para los gringos, y el toma y daca es el arma central de Donald Trump, como bien explicó la ex canciller alemana, Ángela Merkel.
Para cerrar, hay otra mala noticia para Axel Kicillof, si mira el espejo de Brasil se va a chocar con que la administración de Luiz Inacio Lula Da Silva tiene muchos problemas y no tiene el brillo y esplendor que sorprendió a la comunidad internacional entre el año 2002 y 2011. Su gestión está atravesando una mala temporada producto de la abrupta caída del real. No solo esto, sino que el plan fiscal que presentó su ministro de Economía, Fernando Hadad, no calmó al mercado, lo que generó una disparada del dólar y el pánico de los poderosos inversores. No bastó con anunciar un plan de ahorro para recortar 70 millones de reales que incluye una reforma fiscal y el limite al salario mínimo con una especie de impuesto a las ganancias a los superricos brasileños. No solo eso, la fragmentación en Latinoamérica es poco auspiciosa para los gobiernos de corte izquierdista, que a pesar de tener gobiernos progresistas en Chile, Brasil, Uruguay, México, Bolivia y Colombia, no están cooperando en materia económica y diplomática y los organismos multilaterales como Mercosur y CELAC, parecen ser plataformas con poca actividad internacional. Esto favorece las iniciativas internacionales de derecha que parecen avanzar fuerte ante el fin de las ideas de estos gobiernos socialdemócratas de carácter progresista. En el mundo hay más aires de la internacional Rocky Balboa que aglutina a Donald Trump, Giorgia Meloni, Viktor Orbán y hasta Vladimir Putin, que una vuelta a un multilateralismo obamista que se reconciliaba con los Castro. Axel Kicillof tiene mucho para pensar si quiere llegar entero como candidato presidencial en el año 2027. Antes, lo espera la diarquía de Cristina y Máximo, el 2025 promete ser muy entretenido.