

El viernes 9 de mayo quedará marcado como un día histórico para el handball argentino: por primera vez, River y Boca se enfrentaron oficialmente en este deporte, y como si fuera una señal del destino, lo ganó Gallardo.
Bautista Gallardo, hijo de Eduardo -entrenador histórico de la Selección Argentina de handball-, fue el encargado de ponerle el broche al partido con un gol a cuatro segundos del final. Su apellido generó sonrisas cómplices en más de un hincha millonario: no fue Marcelo, pero también dejó su marca en un Superclásico.
El encuentro se jugó con 2500 hinchas en el Parque Olímpico, que vivieron una verdadera fiesta con clima futbolero: bombos, cánticos, tensión y color.
Boca llegó desde la Liga de Honor Plata y este fue su primer cruce ante River en la máxima categoría del handball. El Xeneize ganaba 14-13 al entretiempo, pero en la segunda mitad, el Millonario revirtió la historia y lo cerró con contundencia: 27-24.
El duelo tuvo roces, miradas cruzadas y hasta dos expulsiones: Valentino Rosseto (River) y Facundo Colombo (Boca) se perdieron el resto del encuentro por juego brusco.
Además de Bautista, en River se destacaron Tomás Gallardo (hermano), Tomás Giovagnola y el arquero Guillermo Ojeda. En Boca brillaron Fabricio Lucentini, Ramiro Milano y Pablo Portela.
El primer Superclásico del handball ya tiene dueño. Y lo ganó Gallardo. Aunque no sea el que todos pensaban.