Con música lírica, emoción compartida y un espectáculo final que iluminó el cielo, Plaza Italia vivió su gran reinauguración y volvió a convertirse en punto de encuentro para vecinos y vecinas de La Plata. El evento, organizado por la Municipalidad, convocó a cientos de personas que se acercaron a disfrutar de una jornada cultural especial en el espacio ubicado en 7 y 44.

La celebración, que contó con la presencia del intendente Julio Alak, rindió homenaje a la música lírica italiana y reunió a destacados artistas sobre el escenario: Juan Carlos Vasallo, Paula Almerares, Emmanuel Frers, Lautaro Chaparro, Adriano Mori y los ballets Sicilia Bedda y Terra Natale. También formó parte del espectáculo el DJ Claudio López, quien aportó su selección musical para acompañar el clima festivo de la tarde.

Durante el encuentro, las melodías de clásicos como ’O Sole Mio y Nessun Dorma envolvieron la plaza, generando un ambiente cargado de emoción entre los presentes, en especial para los miembros de la comunidad italiana, que acompañaron la jornada con visible entusiasmo.

El cierre fue uno de los momentos más conmovedores: los músicos se unieron para interpretar Nessun Dorma en conjunto, mientras una serie de fuegos artificiales iluminaban el cielo y el monumento central se teñía con los colores de la bandera italiana. La postal del final, con aplausos, abrazos y celulares en alto, selló una jornada que combinó tradición, identidad y alegría.

Niños corriendo entre los canteros recién restaurados y adultos que cantaban las canciones de su infancia devolvieron a Plaza Italia su espíritu de encuentro y su vínculo histórico con las raíces culturales de la ciudad.

La reinauguración forma parte del Plan de Recuperación del Espacio Público que lleva adelante la gestión de Julio Alak, con intervenciones recientes en Plaza San Martín y Plaza Rocha, y obras en curso en el Pasaje Dardo Rocha. En el caso de Plaza Italia, el proyecto buscó revalorizar su trazado histórico, modernizar la infraestructura y mejorar la accesibilidad, sin perder el carácter simbólico que la conecta con la comunidad ítalo-platense.

Entre los cambios más importantes se destacan la recuperación de su morfología original -eliminando el tránsito vehicular en el centro- y la reubicación del monumento Alla Fratellanza en su emplazamiento inicial, restituyéndole a la plaza su identidad y su valor como patrimonio urbano.