

Cristiano Ronaldo volvió a escribir una página gloriosa en la historia del fútbol portugués. En la final de la UEFA Nations League 2024-25, el capitán jugó con dolores físicos, anotó el gol del empate y vivió desde el banco la consagración por penales ante España. Al final, no pudo contener las lágrimas. “Si tuviera que romperme una pierna por la selección, lo haría”, confesó, visiblemente emocionado.
Desde el inicio del partido, disputado en el Allianz Arena de Múnich, el delantero portugués sabía que no estaba al 100%. “Ya lo sentía durante el calentamiento, lo sentía desde hacía tiempo”, reveló. Sin embargo, eso no lo frenó. Sabía que era una final que no se podía perder. “Era un título, tenía que jugar y lo di todo, llegué hasta donde pude”, agregó.
Y su esfuerzo rindió frutos. Con el partido 2-1 a favor de España, Cristiano apareció en el área para marcar el gol del empate, su primer gol en una final con la selección nacional. “Ayudé a marcar un gol”, dijo con orgullo. Fue el tanto 24° de su carrera en finales, pero el primero con la camiseta lusa.
A los 86 minutos, el cuerpo ya no le dio más. Con gestos de dolor y molestia, Cristiano se sentó en el césped y pidió el cambio. Fue reemplazado por Gonçalo Ramos y se retiró con visible fastidio.
Desde el banco vivió el alargue y la tanda de penales. Cuando Diogo Costa le atajó el penal a Álvaro Morata y Ruben Neves convirtió el tiro del triunfo, el estallido fue inevitable. Cristiano cayó de rodillas, alzó los brazos al cielo y rompió en llanto. En el medio de los festejos, confesó: “Ganar por Portugal siempre es especial. Tengo muchos títulos con mis clubes, pero no hay nada mejor que ganar para Portugal. Me hace llorar. Es un deber cumplido y una gran alegría”.
Cristiano Ronaldo volvió a demostrar por qué es un símbolo ineludible del fútbol portugués. Con esta victoria, alcanzó su tercer título con la selección, tras haber levantado la Eurocopa en 2016 y la primera edición de la Nations League en 2019.
“Es hermoso. Es nuestra nación. Somos un pueblo pequeño, pero con una gran ambición. Me hace feliz. He vivido en muchos países, he jugado en muchos clubes, pero cuando la gente habla de Portugal, siempre es una sensación especial”, expresó.
Y cerró con una reflexión sobre el futuro inmediato: “Ahora toca descansar bien. Tuve la lesión y fue demasiado, demasiado… Me esforcé, porque en la selección hay que esforzarse”.
A los 40 años, el máximo goleador en la historia de Portugal volvió a ser decisivo. No solo por su gol. También por su compromiso, por su entrega y por su capacidad de emocionar a todo un país con una frase que ya forma parte de su leyenda: “Si tuviera que romperme una pierna por la selección, lo haría”.