

Rodeada por la dirigencia del PJ y en medio de fuertes rumores sobre una inminente condena de la Corte Suprema, Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en homenaje a los fusilados de José León Suárez. Desde la sede del Partido Justicialista, y luego ante la militancia en la calle, la expresidenta cargó contra el modelo económico de Javier Milei, el funcionamiento del Poder Judicial y reclamó mayor organización política de cara a la crisis social que, anticipó, “va a venir”.
“Soy una fusilada que vive”, dijo, parafraseando a Rodolfo Walsh, autor de Operación Masacre. A 69 años de aquellos fusilamientos, CFK denunció que la historia se repite, ahora con otras formas. “Hasta 1976 el protagonista de los golpes era el partido militar. Hoy no hacen falta golpes: usan al partido judicial”, afirmó, y advirtió que “la Corte Suprema es la guardia pretoriana del poder económico”.
En ese marco, apuntó a las operaciones mediáticas y judiciales que dan por hecho que el máximo tribunal confirmará su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por la causa Vialidad. “Estar presa es un certificado de dignidad. Lo dijeron ellos: ‘la bala que no salió, pero la sentencia que sí saldrá’. Yo simplemente leo y tengo comprensión de texto”, expresó.
El acto reunió a todos los sectores del justicialismo, en un contexto de alta tensión política. Por sorpresa, Axel Kicillof se hizo presente en medio de los cortocircuitos que mantiene con La Cámpora. Para CFK, la presencia de los principales actores del espacio fue también la oportunidad de enviar un mensaje claro: “No estamos interpelando a las bases. Mientras tanto, discuten lugares en las listas. Déjense de joder de una vez por todas”.
“La unidad se construye, no importa quién sea el primero o la primera. Tiene que ser una unidad que asegure la victoria, como lo hicimos en 2019”, enfatizó, aunque también advirtió que “la unidad no puede ser solo para repartir cargos”.
En esa línea, pidió una vuelta a la raíz militante del peronismo. “Volvamos a ser militantes políticos, eso siempre nos hizo grandes. Necesitamos mucha militancia y solidaridad, y nadie nos va a creer si nos despedazamos entre nosotros”.
Durante su discurso, la expresidenta no ahorró críticas al gobierno de Javier Milei. Tildó al actual modelo económico de “cachivache” y aseguró que “va a fracasar”. Para CFK, la raíz de los ataques judiciales y mediáticos en su contra está ligada a la necesidad de desarmar cualquier organización política que pueda surgir como alternativa al actual rumbo del país.
“Bastó con que anunciáramos mi candidatura para que se desataran los demonios”, señaló, en referencia a su postulación como diputada bonaerense. “Este modelo se agota, y se están preparando para desarticular la organización política que va a surgir cuando eso ocurra”, aseguró.
También se refirió al negacionismo del terrorismo de Estado promovido por sectores oficialistas. “Si dicen que los desaparecidos son 9 mil, entonces digan dónde están”, lanzó.
Ya frente a la militancia reunida en la puerta del PJ, Cristina Kirchner apuntó directamente al Gobierno nacional: “No van a poder pagar los intereses de la deuda o mejorar los salarios metiéndome presa. Pensá en otra salida, porque yo estaré presa, pero la gente va a estar cada día peor”.
Finalmente, sostuvo que lo que está en juego es mucho más que su situación personal: “Los argentinos tienen que saber que les están mintiendo. No hay solución con esta política, y lo saben. Por eso quieren que no haya una alternativa organizada cuando todo esto se caiga”.
Y cerró con un llamado a reconstruir una fuerza política capaz de responder a la altura de la crisis: “Esto va a traer una gran crisis. Tenemos que prepararnos para ser alternativa. Estemos del lado de los que sufren. Ese es nuestro lugar”.