

Franco Mastantuono, la joya de 17 años de River Plate, publicó una emotiva carta de despedida en sus redes sociales antes de viajar a España para incorporarse al Real Madrid. El mediocampista, considerado una de las grandes promesas del fútbol argentino, fue vendido al club español en una operación cercana a los 45 millones de euros, convirtiéndose en la transferencia más importante de la historia del club.
En su texto, Mastantuono reconoció que este paso representa “una oportunidad única” y destacó que es el sueño de cualquier chico que crece jugando a la pelota. “Hoy me toca escribir unas líneas que jamás imaginé tener que escribir tan pronto”, comenzó diciendo.
Antes de enfocarse en su futuro en Europa, el juvenil dedicó un sentido agradecimiento a River: “No es solo el club donde crecí como jugador. Es mi casa, mi familia”. Recordó cada entrenamiento, cada tarde en el Monumental y cada abrazo de un compañero como momentos imborrables que quedarán para siempre en su corazón.
El joven volante también valoró el apoyo incondicional de los hinchas y el acompañamiento del club en su formación: “River me enseñó que los sueños se persiguen con humildad, esfuerzo y amor por la camiseta”.
Mastantuono aclaró que su deseo de ganar títulos con River no desapareció: “Solo cambió el orden. Hoy me toca salir, crecer, vivir nuevas experiencias y aprender. Pero el deseo sigue intacto, más fuerte que nunca”.
La carta finaliza con un mensaje que resume su sentimiento hacia el club: “Gracias, River, por todo. No es un adiós, es un hasta pronto”.
Con esta venta millonaria, el juvenil se suma al Real Madrid para continuar su carrera en Europa y seguir desarrollando el potencial que lo llevó a ser uno de los futbolistas más buscados del continente.
Leé la carta completa de Franco Mastantuono:
“Hoy me toca escribir unas líneas que jamás imaginé tener que escribir tan pronto. Con el corazón en la mano y muchas emociones cruzadas, quiero contarles que me toca dar un paso muy importante en mi carrera: se abre una nueva etapa, en otro club, en otro lugar, con nuevos desafíos. Es una oportunidad única, de esas que se presentan una sola vez en la vida, y que cualquier pibe que sueña con jugar a la pelota anhela desde chico.
Pero antes de mirar hacia adelante, necesito hablarles de lo que dejo atrás. River no es solo el club donde crecí como jugador. Es mi casa, mi familia, el lugar donde aprendí lo que significa ponerse esta camiseta con orgullo, con respeto, con hambre de gloria. Cada entrenamiento en el predio, cada tarde en el Monumental, cada consejo de un profe, cada abrazo de un compañero, quedan grabados para siempre en mi historia y en mi corazón.
Me voy lleno de agradecimiento. A los hinchas, por el cariño incondicional. A toda la gente del club por formarme. A mis compañeros, por compartir esta pasión. Y a mi familia, por estar siempre. River me enseñó que los sueños se persiguen con humildad, esfuerzo y amor por la camiseta.
Y sí, hay algo que quiero que quede muy claro: mi sueño de ganar cosas con River no desapareció. No se fue. Solo cambió el orden. Hoy me toca salir, crecer, vivir nuevas experiencias y aprender. Pero el deseo sigue intacto, más fuerte que nunca. Yo sé que va a pasar. Porque los sueños que se sienten con el alma no tienen fecha de vencimiento.
Gracias, River, por todo. No es un adiós, es un hasta pronto.”