

El crecimiento sostenido de los créditos en pesos en los últimos meses trajo consigo un aumento en la tasa de irregularidad, es decir, en la mora del pago de préstamos por parte de familias y empresas. Mientras el Gobierno considera que este repunte es un efecto esperable dentro del proceso de recuperación crediticia, algunas consultoras advierten que, en combinación con las elevadas tasas de interés actuales, podría generar un impacto negativo sobre el consumo y la actividad económica.
Según los últimos datos publicados por el Banco Central, en abril el ratio de irregularidad del crédito al sector privado aumentó respecto de marzo, con un mayor deterioro en los préstamos otorgados a personas físicas. En cambio, la cartera de créditos corporativos mantiene niveles de morosidad más bajos.
La situación ya encendió alertas dentro del sistema bancario. Federico Furiase, director del Banco Central y asesor del ministro de Economía Luis Caputo, sostuvo que el incremento en la mora “es lógico, porque el crédito en pesos al sector privado pasó de representar el 4% al 9% del PBI”. Además, afirmó que esta suba “está dentro de los parámetros normales” y que responde tanto al crecimiento del financiamiento como a la desaceleración inflacionaria.
Consultado por el elevado costo del crédito, Furiase explicó: “Como hay mucha demanda de préstamos con una cantidad de dinero fija, las tasas reales están altas”. Y agregó: “Argentina es un país descapitalizado. Se está recuperando la inversión, pero el ahorro aún está en otro lado. Hay que atraerlo de nuevo, y eso también influye en el nivel de tasas nominales”.