sábado 02 de agosto de 2025 - Edición Nº2432

Internacional | 21 jul 2025

Suiza, el país con más búnkeres nucleares del mundo: una red subterránea que busca modernizarse

Con más refugios que habitantes, Suiza mantiene una red subterránea construida durante la Guerra Fría que hoy busca modernizar con una inversión millonaria. El aumento de las tensiones globales reactivó la demanda de búnkeres y encendió el debate sobre la defensa civil en tiempos de incertidumbre.


Con más de 370.000 refugios nucleares para una población de 8,8 millones de personas, Suiza se posiciona como el país con más búnkeres per cápita del mundo. Lejos de ser una extravagancia de la Guerra Fría, esta red subterránea -una de las más extensas y sofisticadas del planeta- está en pleno proceso de modernización ante un contexto global cada vez más inestable.

 

Una refugio asegurado, por ley

Desde 1963, una ley nacional garantiza que cada ciudadano suizo tenga acceso a un espacio protegido en caso de guerra o desastre nuclear. Esta obligación se extiende también a extranjeros y refugiados que habiten en el país. Los refugios deben tener un espacio mínimo de un metro cuadrado por persona y estar ubicados a no más de 30 minutos a pie desde el hogar, o 60 si se trata de una zona montañosa.

La Oficina Federal de Protección Civil sostiene que la mayoría de los habitantes vive en edificios con sus propios búnkeres. En caso contrario, existen instalaciones públicas. “La sólida carcasa exterior del refugio puede resistir al menos 10 toneladas de presión por metro cuadrado, lo que significa que puede soportar el derrumbe de un edificio sobre él”, explicaron las autoridades a la BBC.

Los refugios también están preparados para resistir armas nucleares, biológicas, químicas y convencionales, y pueden brindar alojamiento en casos de catástrofes naturales, como un terremoto de gran magnitud.

 

De la Segunda Guerra Mundial a la guerra en Ucrania

La red de búnkeres suizos comenzó a desarrollarse durante la Segunda Guerra Mundial, en un contexto geográfico y político crítico: el país comparte fronteras con Alemania e Italia, entonces gobernados por el nazismo y el fascismo, respectivamente. Suiza mantuvo su tradicional política de neutralidad, pero reforzó su defensa civil como medida preventiva.

Durante la Guerra Fría, la infraestructura se expandió aún más. Muchos de estos refugios siguen en uso, pero deben ser inspeccionados cada 10 años para certificar que siguen operativos. Mientras no se activen por una emergencia, pueden ser utilizados como espacios de almacenamiento u otros fines, siempre que no se altere su estructura original.

 

Una inversión millonaria para modernizar

Ante los efectos colaterales de la invasión rusa a Ucrania y la creciente percepción de riesgo nuclear en Europa, el gobierno suizo anunció una inversión de 250 millones de dólares para actualizar su red de búnkeres. Las autoridades aclaran que no se trata de preparativos para una guerra, sino de una inversión estratégica en seguridad pública.

“El búnker al que debes acudir está asociado a tu dirección. Pero es normal que las familias cambien de casa o se muden. Saber dónde está su refugio solo causaría confusión. Nuestra recomendación es comunicarlo solo cuando sea necesario”, explicó Daniel Jordi, subdirector de Protección Civil.

Las empresas suizas especializadas en construcción y mantenimiento de búnkeres también reportaron un incremento significativo en la demanda.

 

Una cultura de defensa civil

Lejos de ser un símbolo de paranoia, en Suiza la defensa civil forma parte del ADN nacional.  Actualmente la guerra en Ucrania y la tensión geopolítica reavivaron el debate sobre la seguridad en infraestructuras críticas.

La posibilidad de ataques a centrales nucleares, como ocurrió en Zaporiyia, y el giro de Estados Unidos hacia una política más aislacionista bajo la presidencia de Donald Trump, modificaron el equilibrio de seguridad europeo. Incluso la adopción de sanciones contra Rusia por parte de Suiza, en línea con la Unión Europea, marcó un quiebre en su histórica neutralidad.

 

El búnker suizo: un símbolo que persiste

Bajo montañas, escondidos en sótanos de edificios o camuflados en casas que no lo parecen, los búnkeres suizos siguen siendo una estructura tangible de una mentalidad preparada para lo peor. Hoy, más que nunca, representan una política de prevención que busca adaptarse a los nuevos riesgos del siglo XXI. En un mundo que ya no garantiza estabilidad, Suiza sigue apostando por el viejo lema: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

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