

Por: Redacción enAgenda
Javier Milei endureció su discurso político en un acto con fuerte tono electoral de cara a los comicios del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Durante una cena organizada por la Fundación Faro, que preside Agustín Laje, el Presidente apuntó contra el gobernador Axel Kicillof y aseguró que esa jornada podría marcar un punto de inflexión histórico para el oficialismo: “Podría significar el fin del kirchnerismo en esta elección”.
Milei definió los comicios como “fundamentales” y agregó: “Es mucho más que un distrito lo que se juega, pero hay que tener en cuenta que están llevando a cabo la farsa y el fraude moral que son las candidaturas testimoniales. Están saliendo los intendentes a jugar en la cancha poniendo todo el aparato y además están dispuestos a cometer fraude porque votan con un sistema electoral distinto”.
El mandatario advirtió que “esta elección va a significar el techo del kirchnerismo y para nosotros va a significar el piso, porque en las nacionales no habrá testimoniales y se vota con otro sistema”.
Milei no ahorró críticas contra el gobernador de la provincia de Buenos Aires, a quien definió como “el idiota de Kicillof”: “La provincia de Buenos Aires es un lugar donde el aparato propagandístico ha hecho estragos, infectando la mente de millones de bonaerenses que, a pesar de vivir en la miseria, continúan cautivos por el kirchnerismo. Bajo una ilusión de justicia social y derechos conducen sociedades enteras hacia el precipicio”.
Y agregó: “Los bonaerenses deben decidir si el desproporcionado y costoso estado provincial ha servido o si se pagan cada vez más impuestos para pagarle el sueldo a amigos o militantes de Kicillof. De esto se trata la elección del 7 de septiembre. Decirle que no a décadas de miseria en la provincia (...). Y decirle nunca más al kirchnerismo, el experimento de gobierno con el que se insiste hace décadas, pero que en la provincia solo arrojó fracaso tras fracaso”.
Milei también expresó que lo que ocurra en septiembre marcará un punto de partida: “Lo que ocurra en septiembre va a ser un piso, esto quiere decir que de acá a octubre vamos a seguir creciendo. Pero lo más importante es que tenemos esta oportunidad y la de octubre, pero ellos tienen solo esta. (...) Si en septiembre llegáramos a ganar la provincia de Buenos Aires habremos puesto el último clavo en el ataúd del kirchnerismo”.
En el inicio de su intervención, el Presidente defendió el veto a las leyes de jubilaciones y discapacidad, y cargó contra el kirchnerismo al recordar un episodio de 2010:
“Los que hoy tanto reclaman por las jubilaciones son los mismos que en su momento vetaron y decían que era una ley de quiebra del Estado. Y dejaron jubilaciones de 80 dólares, hoy arriba de 320 dólares, o sea se multiplicaron por cuatro (...). Si la frase fuera cierta, uno tendría que caminar por la calle y debería estar llena de cadáveres”.
Milei también destacó los logros de su gobierno y de su ministro de Economía, Luis Caputo, presente en el acto: “Estábamos peor que en la previa del 'Rodrigazo', peor que la hiperinflación de Alfonsín, con peores indicadores sociales que en 2001. (...) Resulta imposible reconstruir en un año y medio lo que se viene destruyendo desde hace un siglo, y es demencial que otros nos exijan esa velocidad”.
“Estamos haciendo lo humanamente posible para que el sueño de la Argentina grande sea posible. (...) Estamos haciendo el mejor gobierno de la historia”.
Milei reivindicó una vez más la llamada “batalla cultural” y llamó a la militancia ciudadana: “Hay que meterse en el barro de la política, no podemos ser espectadores, porque si no la casta nos va a pasar por encima. La diferencia entre hacer poco y no hacer nada ya es algo”.
En esa línea, arremetió contra la izquierda y lo que denominó como “secta kuka”: “Las personas son víctimas de estas ideas relajadas en los cerebros. Los convierten en zombies. Es la secta kuka. Un primer ejemplo de parásito mental es la noción de justicia social. Le roba el trabajo a una persona para repartirlo arbitrariamente. (...) Otro parásito mental es la noción de derechos sociales (...). Esto lleva al totalitarismo”.
Y concluyó: “La inflación de derechos lleva a expectativas ilimitadas entre la gente. Los derechos hay que pagarlos y los recursos son finitos. Habría que incumplir la primera ley de la economía que es la escasez. No hay de todo para todos”.