Las características del circuito de Monza, con largas rectas y necesidad de potencia, dejaban en claro que los problemas del motor Renault se harían sentir más que nunca. Sin embargo, el piloto argentino comprobó en carne propia lo complejo de la situación: “Sí, creo que lo sabíamos (que iba a ser difícil). Simplemente nos faltó mucho ritmo y nos costó hacer algún progreso. Sí, fue muy difícil”, reconoció después de la carrera.

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El sábado, Colapinto había clasificado 18°, por delante de su compañero Pierre Gasly. El domingo largó 17° tras la salida desde boxes de Isack Hadjar, aunque rápidamente perdió terreno frente al Racing Bulls de Liam Lawson. Durante gran parte de la competencia, el piloto argentino se mantuvo en el fondo del pelotón, lidiando con el desgaste de neumáticos, un calambre y la presión constante de su compañero de equipo.

 

 

 

 

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“Creo que fue una tarde muy dura. Solo necesitamos trabajar y entender qué podemos mejorar”, analizó Colapinto al cierre del fin de semana.

La comparación con su debut en Fórmula 1 en 2024, también en Monza, surgió de manera inevitable. Aquella vez, el Williams con motor Mercedes le había permitido avanzar hasta el 12° puesto, en contraste con las limitaciones actuales de Alpine. “El año pasado tuve una experiencia diferente aquí con mi auto. Este fin de semana fue simplemente complicado. Tenemos que mejorar para Bakú”, sentenció.

Colapinto se mantiene enfocado en crecer dentro de la categoría, sumando kilómetros y confianza. “Creo que solo seguir construyendo y probar cosas diferentes. Intentar sacar el máximo provecho de cada fin de semana”, afirmó.