

La suspensión indefinida de Jimmy Kimmel Live! abrió una tormenta política y cultural en Estados Unidos. Lo que comenzó con los comentarios del presentador sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk derivó en un enfrentamiento de alto voltaje entre el gobierno, los medios y el mundo del espectáculo.
El líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, calificó la decisión como “un abuso de poder”, mientras que el expresidente Barack Obama aseguró que la administración Trump llevó “la cultura de la cancelación a un nivel peligroso” al presionar a las cadenas de televisión para silenciar a sus críticos.
This commentary offers a clear, powerful statement of why freedom of speech is at the heart of democracy and must be defended, whether the speaker is Charlie Kirk or Jimmy Kimmel, MAGA supporters or MAGA opponents.
— Barack Obama (@BarackObama) September 19, 2025
El gobernador de California, Gavin Newsom, fue todavía más duro: “Esto es censura en tiempo real. Comprar medios, despedir comentaristas y cancelar programas no son coincidencias, es un acto coordinado y peligroso”.
La reacción también llegó desde Hollywood y los late night shows. Stephen Colbert habló de “censura flagrante” y expresó su apoyo a Kimmel, mientras que Jimmy Fallon rompió su perfil apolítico para defenderlo al aire: “Es un tipo decente y divertido, espero que vuelva”. El actor Ben Stiller, la actriz Jean Smart y la comediante Wanda Sykes también repudiaron lo ocurrido.
Jimmy reacts to ABC’s decision to suspend @JimmyKimmel after pressure from the FCC, leaving everyone thinking WTF? #FallonTonight pic.twitter.com/v5wLrPEAOM
— The Tonight Show (@FallonTonight) September 19, 2025
Organizaciones como la Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión señalaron que “otro medio de comunicación se debilitó bajo la presión del gobierno”, mientras Truth Wins Out denunció “un nuevo macartismo” impulsado por la derecha.
En paralelo, Trump volvió a cargar contra los presentadores opositores y sugirió que las cadenas podrían perder sus licencias de transmisión. “Quizás deberían retirárselas”, dijo a los periodistas a bordo del Air Force One.
La rebelión de los late night y la catarata de críticas dejaron expuesta una disputa que va mucho más allá de Jimmy Kimmel: la batalla por la libertad de expresión en la era Trump.