Agustín Canapino volvió a generar una ovación este jueves en Plaza Moreno, donde una multitud se reunió para ver de cerca los autos históricos del Turismo Carretera en la previa de la última fecha del campeonato. El “Titán” se subió nuevamente a la Chevy con la que fue campeón en 2010 y, entre fotos y autógrafos, habló con enAgenda luego de la exhibición.

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“Un saludo. Gracias a todos, gracias a todos. Qué calor pasé ahí arriba de esa Chevy, no te puedo explicar. Pero valió la pena porque estuvo muy bueno”, respondió cuando se le pidió un mensaje para la gente que se acercó a acompañarlo.

“¿La Plata puede traer suerte?” le preguntamos de cara a la definición del TC pero también al siguiente fin de semana, donde podría obtener la triple corona si se consagra en la TC Pick Up. 

Canapino respondió cauto pero con una sonrisa en su rostro: “Esperemos que sí. Falta… falta correr las carreras. Estamos bien, estamos bien, pero hay que ir a correrlas”.

 

 

 

 

 

 

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La Plata y la historia de un vínculo especial

 

Más allá de la cautela del piloto, existe un antecedente fuerte que alimenta la mística: La Plata ya fue escenario de uno de los días más gloriosos de su carrera.

En 2017, Canapino se consagró campeón del Turismo Carretera en la última fecha disputada justamente en el Autódromo Roberto Mouras. Llegó cuarto en la final y se quedó con la Copa de Oro por apenas 0,25 puntos sobre Facundo Ardusso, sellando su segundo título en la categoría con la Chevy alistada por su propio equipo y bajo la dirección de su padre, Alberto.

El festejo de Agustín Canapino en el Autódromo Roberto Mouras tras consagrarse campeón del TC en 2017.

 

Ese año, la única victoria que obtuvo fue en el circuito callejero de La Pedrera, pero la definición en La Plata quedó grabada como una de las más emocionantes del TC moderno.

 

Una carga emocional profunda: el homenaje a su padre en La Plata

 

El vínculo entre Canapino y La Plata también está marcado por momentos de fuerte emotividad.

En 2021, pocos días después del fallecimiento de su padre, el histórico preparador Alberto Canapino, el Turismo Carretera abrió su campeonato en el Autódromo Roberto Mouras con un homenaje especial.

En aquella jornada, Agustín protagonizó una actuación perfecta: pole position, serie más veloz, victoria de punta a punta y récord de vuelta, llevándose los 47 puntos en juego. Lo hizo con la inscripción “Por siempre Pa” en el parabrisas, en un fin de semana que quedó grabado como uno de los tributos más conmovedores del automovilismo argentino.

 

Previo a la final, giraron cuatro autos campeones alistados por Alberto Canapino:

    •    El Ford de Juan Manuel Silva (2005), manejado ese día por Mariano Werner.

    •    El Dodge de Norberto Fontana (2006).

    •    El Chevrolet de Christian Ledesma (2007).

    •    Y el Chevrolet con el que Agustín fue campeón en 2010, el mismo que condujo esta semana en La Plata.

 

Aquella competencia, denominada “Gran Premio Alberto Canapino”, terminó con el arreflfeño en lo más alto del podio. El trofeo se lo entregó Marcos Di Palma.

El festejo de Agustín Canapino en La Plata en plena pandemia del COVID-19 y el festejo señalando al cielo, en homenaje a su padre Alberto.

 

Ese triunfo, en ese contexto y en ese circuito, convirtió a La Plata en un lugar cargado de significado personal y deportivo para el “Titán”.

 

La mística en pequeños gestos

Incluso en fechas recientes, La Plata vuelve a aparecer.

El año pasado, tras su paso por la IndyCar, Canapino regresó al TC para correr la última carrera del modelo Chevy antes del debut del Camaro. Fue el mejor piloto de Chevrolet en clasificación y en la final, donde terminó tercero en el Autódromo de Buenos Aires.

Y, como si la ciudad siguiera marcando su camino, el auto -terminado a último momento- lo probó en La Plata, apenas 24 horas antes de la actividad oficial en el Gálvez.

 

Sin ir más lejos, en septiembre volvió a girar en el Mouras -escenario habitual de pruebas- con el Chevrolet Camaro del Canning Motorsports, previo a la fecha de la Copa de Oro de San Luis donde obtuvo un triunfo de punta a punta.

El Camaro de Canapino en el Mouras, en septiembre de este año previo a la carrera de San Luis donde obtuvo el triunfo.

 

Este jueves volvió a absorber la mística de la capital bonaerense, con la exhibición realizada en Plaza Moreno rodeado del cariño de su público. Canapino giró en la ciudad donde tantas veces escribió capítulos determinantes de su historia y donde podrá consagrarse como el piloto del automovilismo nacional con mayor cantidad de títulos.

 

A las puertas de una hazaña inédita

 

El piloto de Arrecifes llega como líder de la Copa de Oro y depende de sí mismo para obtener su quinto campeonato de Turismo Carretera. Y su calendario inmediato ofrece otra posibilidad histórica: también encabeza el campeonato de TC Pick Up, que se definirá el fin de semana siguiente en La Plata.

Si logra consagrarse en ambas categorías, sumará la triple corona del automovilismo nacional, un hito jamás alcanzado por un piloto argentino.

Con la ciudad acompañándolo, con un pasado que le devuelve recuerdos imborrables y con una multitud que lo sigue allá donde vaya, la pregunta vuelve a surgir:

¿La Plata trae suerte? Al menos, al Titán de Arrecifes parece que sí.