Por: Redacción enAgenda
La entrega del Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado, recibida por su hija Ana Corina Sosa Machado, se transformó en un acto político global que puso en primer plano la situación de Venezuela. El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, instó a Nicolás Maduro a aceptar el resultado electoral de 2024 y a renunciar al poder; además, acusó al gobierno de sostener un régimen autoritario responsable de una crisis humanitaria que expulsó a más de ocho millones de venezolanos.
En el discurso leído en su nombre, Machado afirmó: “He venido a contarles la historia de un pueblo y su marcha hacia la libertad”, y reconstruyó la identidad venezolana desde sus raíces culturales, la consolidación democrática y su etapa de prosperidad. También advirtió sobre el deterioro institucional a partir de 1999, cuando “se dedicaron a desmantelar nuestra democracia, manipular elecciones, perseguir la disidencia y devastar nuestra economía”.
La opositora describió persecuciones, presos políticos, torturas y abusos documentados por organismos internacionales tras las elecciones presidenciales de 2024, donde sostuvo que Edmundo González obtuvo el 67% de los votos. “La dictadura respondió con terror”, denunció, al relatar secuestros, desapariciones y represalias contra quienes difundieron actas electorales.
Pese a la clandestinidad, Machado defendió que la resistencia continúa organizada y dio al premio un significado colectivo: “La libertad se conquista cada día. Venezuela volverá a respirar”. La ceremonia contó con opositores venezolanos exiliados y presidentes de Panamá, Argentina, Paraguay y Ecuador.