La salida de Yanina Latorre de LAM marcó un punto de inflexión en el mundo del espectáculo argentino. Tras diez años como una de las voces más filosas y reconocibles del programa, la panelista se despidió del ciclo conducido por Ángel de Brito en una emisión atravesada por la emoción, el humor y varias revelaciones sobre su futuro profesional.

El anuncio se realizó el viernes 19 de diciembre al inicio del programa, cuando De Brito confirmó que sería la última participación de Latorre en el estudio. El momento estuvo cargado de gestos de afecto: abrazo incluido, recuerdos compartidos y un obsequio simbólico por parte de la producción. “Algún día iba a terminar”, dijo Yanina con la naturalidad que la caracteriza, mientras el conductor destacaba el cierre de una etapa histórica para el ciclo.

Lejos de versiones vinculadas a conflictos o tensiones internas, con el correr de las horas se conoció el verdadero motivo de su salida. Yanina decidió dar un paso al costado para concentrarse de lleno en dos proyectos que hoy son prioridad en su agenda: su programa de radio en El Observador y su participación en MasterChef Celebrity.

Precisamente, fue en su espacio radial donde la panelista se refirió con dureza a las filtraciones que circularon sobre el reality gastronómico. Tras la difusión de imágenes de su participación, Latorre apuntó contra los responsables: “Hay un topo ahí adentro que vende todo”, aseguró, y aclaró que no se trató de alguien de la producción.

Con su estilo frontal, fue aún más contundente al explicar cómo se manejan este tipo de filtraciones. “Cuando se filtra algo, generalmente son los mismos participantes los que lo cuentan, porque nadie más se entera”, lanzó, descartando cualquier tipo de operación en su contra.

De esta manera, Yanina Latorre pone fin a una etapa clave en LAM, el programa que la consolidó como una de las figuras más influyentes del espectáculo. Sin escándalos ni rupturas, la panelista eligió cerrar el ciclo para apostar a nuevos desafíos, manteniéndose vigente tanto en la radio como en la televisión y, fiel a su estilo, sin abandonar la polémica.