

Las entrevistas, sin límite de tiempo y oficiando de una conversación genuina llegan a extenderse hasta las tres horas de duración, en este caso Carlos Corach hizo un raconto sobre los hechos del menemismo y su contexto; dicha conversación ocupó dos horas de video.
Carlos Corach, fue exministro del Interior durante el segundo mandato presidencial de Carlos Saúl Menem, y uno de los hombres de más confianza del "Turco" a la hora de gobernar.
El inicio de la conversación entre ambos fue un intercambio sobre las diferencias generacionales entre ambos, Rebord tiene 28 años, mientras que Carlos Corach nació en 1935. A continuación, Corach realizó un camino de los hechos que rodearon al peronismo en el ámbito político global desde la posguerra.
“Perón en su segundo mandato trata de acercarse a EE.UU; entabla buena relación con el gobierno de Eisenhower y a raíz de eso se llega a un gran contrato petrolero con la California, con Esso y Shell. Ese contrato es uno de los grandes motivos de la caída y la salida del presidente” explica Corach en el inició de la entrevista.
Y continúa: “Vulgarmente se dice que el peronismo representaba un pronazismo y eso no es cierto, era política de estado la neutralidad, a todos les convenía que así fuera, sobre todo a los aliados, por los viajes de abastecimiento con la materia prima argentina”.
Luego explicó que uno de los pocos errores que le reconoce a Perón es el convencimiento que tenía de una tercera guerra mundial venidera entre occidente y oriente, es por eso que “se realizó una fuerte campaña anticomunista”.
Los inicios de Carlos Corach en el peronismo luego de una larga militancia en el radicalismo en su juventud, se sitúa por él mismo en los años 60, con Perón exiliado. Recuerda una desilusión muy grande por la cercanía del General a López Rega, pero reconoce que con su experiencia comprendió que la esencia del líder era “militar” y fundamentalmente “no era un revolucionario”.
Al contar su conversión del radicalismo al peronismo envió un mensaje a los jóvenes que hacen política “tengan paciencia, tengan resiliencia” en el sentido de la desesperación que describe que hoy tienen los militantes por ocupar un cargo político. “Yo atravesé desde la caída de Frondizi en mano de los militares, hasta el año 89 por un desierto político sin ocupar ningún cargo; transité más años trabajando que los que estuve ejerciendo una posición desde la institución pública”.
“Me hice peronista porque comprendí que sin el peronismo no podía haber una república democrática en la Argentina y que el peronismo representaba el progreso en muchos sentidos” sentenció sobre esa época.
Adentrándose en el período menemista realzó la “confianza en sí mismo” que tenía el ex presidente, que “nadie más lo tenía como cualidad”. “Cuando se da la interna Menem-Cafiero, yo era apoderado de Cafiero y si vos me apostabas hubiese perdido en el convencimiento de todo el mundo sobre el resultado de esa disputa”. Finalmente, el riojano ganaría esa interna que lo catapultaría a la primera escena de la política argentina.
“Menem tenía un carisma impresionante, nadie podía salir enojado de una reunión con él porque de entrada instalaba una calidez a todo encuentro, en eso era muy bueno” remarcó Corach.
En el relato, el ex ministro repasa que ingresa a su gobierno seis meses antes debido a la renuncia de Alfonsín y rápidamente se pone a trabajar en el proyecto de modificación de la constitución nacional. “Muchos piensan o pensaron que la reforma era para su reelección, pero no fue así, se venía trabajando hace rato con los radicales; y yo mismo trabaje en ella desde el 89 y terminó siendo en el 94” explica argumentando la lejanía entre los ruidos de un nuevo mandato y el inicio del proyecto.
“Menem tenía una gran relación personal con la televisión, en la mesa de Olivos nadie se sentaba frente a él, porque enfrente tenía la televisión” destaca Corach en otro pasaje sobre una de las características más sobresalientes del ex presidente de los años 90.
Y agrega ante la pregunta de Rebord sobre el gusto por la fiesta o la joda del caudillo que “le gustaba divertirse, pero diferenciaba las personas con quienes se divertía de las que trabajaban con él para gobernar”. “Yo nunca estuve en ese grupo, nunca me gustó ni siquiera hacer política de noche, por ende, nunca pisé la casa presidencial, salvo alguna ocasión especial, en horas de la noche” aclaró el ex funcionario.
Un punto de la conversación giró en torno a la figura de Néstor Kirchner, sobre todo como gobernador de Santa Cruz y la directiva presidencial de otorgarle todo lo que pidiera, además recuerda que el “pingüino” en un acto en su provincia cuando era gobernador había asegurado que Menem “había sido el mejor presidente para la Patagonia”.
Entre otros temas, Corach habló de su relación con el ex juez Claudio Bonadío y la historia sobre su designación, del rol de legal y técnica y su posterior alejamiento por un “enojo” de su parte. “Su época de “fama” yo no hablaba con él, para mí fue un tremendo disparate lo de la persecusión a Cristina”
Sobre el final de la entrevista, la conversación se tornó un tanto aleatoria y dispararon tópicos como Yabrán, su relación con el gobierno como empresario y el contacto con Corach; las mentiras de otros ministros al respecto, y el consejo del ex ministro para los políticos de la actualidad “no salgan de los temas con mentiras, siempre se sabe. Los políticos tienen que enfrentar los problemas con la verdad, siempre es mejor”.
La muerte de Carlos Menem Jr. en el accidente del helicóptero, la sospecha de Zulema del atentado y el error de haberle obsequiado el móvil aéreo, “eso lo devastó y fue previo a las elecciones además” aseguró Corach.
El tema AMIA no dejó de conversarse, “Menem fue el primer presidente en tender relaciones con la comunidad judía, permitió observaciones e investigaciones de organismos internacionales que fueron muy flojas, nosotros cuando había un problema salíamos a dar la cara, nunca nos ocultábamos”. “Argentina tiene una gran deuda con esa página de la historia, pero es el país entero, no un presidente; yo soy judío y me dolió y duele muchísimo” sentenció.
En su nuevo libro, Corach realiza un balance histórico sobre la década de los 90 y asegura que (dejando por afuera las tres presidencias de los Kirchner porque “aún no es materia de análisis” debido a disputas políticas que se sostienen hasta hoy) el período de Menem es “quizá la mejor presidencia del tiempo democrático”.
“Logró equilibrar la economía argentina con la menor inflación en 51 años, luego de venir de una situación muy deteriorada. Recibió un 49% de pobreza y la dejo alrededor del 25%”
“El acuerdo político de Olivos es algo que no se revisa de la historia, pero 14 partidos políticos participaron, a muchos les gusta ver para afuera, pero hay que ver los sucesos de nuestro país” afirma Corach.
Al momento de hablar sobre las críticas sobre las grandes privatizaciones del período, Carlos Corach argumenta que “antes de las privatizaciones conseguir un teléfono era imposible, la comunicación debía ser modernizada; con YPF ¿Qué obteníamos? ¿El autoabastecimiento? Se perdió. Que hubo privatizaciones equivocadas, podrá ser, pero hablar generalizadamente es un error; en general fueron provechosas para el país”.
La convertibilidad fue uno de los últimos temas abordados, según Corach “para la sociedad argentina la convertibilidad era algo que no debía tocarse (aunque antes o después debió haberse tocado obviamente), y el candidato del peronismo Duhalde decía que había de desplazarla, por eso ganó De La Rúa; luego fue todo un desastre”.
Y concluyó con un concepto sobre el peronismo como un partido y movimiento “que tiene la habilidad de adaptarse a lo que necesita el país en cada momento histórico, es por eso por donde se explica un punto de unión entre Perón, Menem y Cristina por ejemplo”. “La política no es solo obtener un cargo público, es militar”