

Por: Magdalena Ferreira
Si bien desde los once años se dió cuenta que quería dedicarse al arte y más específicamente a la música, la jujeña pasó por varios géneros y carreras antes de encontrar su propia identidad musical, su estilo. Durante sus años en el secundario probó formar parte de una banda de rock y después hizo un gran intento para dedicarse a la cumbia, pasando por tres bandas distintas bajo el apodo “Juli-k”: “la cumbia representa toda mi formación, no digo musical solamente sino la formación de mi personalidad en realidad. Salta y Jujuy son lugares donde la cumbia funcionó siempre mucho. Bandas que se fueron muriendo de a poco siempre iban a tener un lugar donde tocar en Salta o Jujuy (...) previo a eso yo había probado con alguna banda de rock, pero aún así la encontré más profesional a la cumbia. Ahí empezó un largo camino de cumbia, fueron como tres bandas y casi seis años” contó Cazzu en la entrevista con Julio Leiva de “Caja Negra”.
Cuando termina el secundario, también termina ese camino de cumbia y la artista se mudó a Tucumán para estudiar cine pensando que nunca podría dedicarse plenamente a la música; allí se encuentra con otro mundo: “fue donde más discriminación sentí, donde más distinta me sentí y donde más fuerte traté de plantarme”. Tras abandonar la carrera, Cazzu se muda a Buenos Aires para estudiar diseño multimedia pero estaba decidida en perseguir sus sueños musicales, y con los sueldos de su primer trabajo consigue pagar sus primeras grabaciones y clips.
Muy marcada por la cultura del reggaeton bajo la influencia de artistas como Daddy Yankee, Ivy Queen y Wisin & Yandel, Cazzu empieza a ser pionera de un género que aún no se escuchaba por las calles de Argentina: el trap. A su vez, en la misma ciudad de Buenos Aires había otros artistas que también le estaban dando forma a ese género, como Khea, Duki, Neo Pistea e Ysy A. En 2017, la artista lanza su primer disco “Maldade$” con 10 canciones, pero no sería hasta principios del 2018 que Cazzu empieza a pisar fuerte en la escena de música urbana y salta a la fama con su participación en “Loca” de Khea y Duki, canción la cual llegaría a tener un remix con Bad Bunny, posicionandolos a todos en un nivel aún más alto y traspasando fronteras.
Para el año 2019, la artista ya se encontraba agotando shows a lo largo y ancho del país con su álbum “Error 93”. Entre álbum y álbum, Cazzu tuvo muchísimas colaboraciones con distintos artistas como Jimena Barón, Lali Espósito, Myke Towers, Justin Quiles, Bhavi. A principios del 2020 da cierre al ciclo de Error 93 con el EP “Bonus Trap”, y luego forma parte del “fenómeno Bizarrap” con la Music Session #32 y en agosto lanza su segundo álbum llamado “Una niña inútil” inspirado en poemas de Alfonsina Storni, siendo su obra de r&b más íntima y cruda de la artista, Spotify llegó a publicitarla en las calles del Times Square de Nueva York.
El mismo año Cazzu obtuvo la nominación a Mejor Artista Nuevo en los Latin Grammys y en los Premios Juventud se llevó a casa el premio Nueva Generación Femenina. En 2021 formó parte de los coachs invitados a “La Voz Argentina” donde hizo equipo con Lali y hace poco fue invitada al festival de la UBA por sus 200 años.
Luego de su gira internacional, La Jefa del Trap, como la llaman sus colegas, lanzó una nueva canción y video llamada “Castigo”, siguiendo su estilo la autora reversiona herramientas del reggaeton viejo para romper todos los esquemas.