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Tendencias | 29 mar 2022

patologías

Aceite de cannabis y enfermedades: los beneficios para quienes sufren Lupus

Se trata de una enfermedad inflamatoria ocasionada por el sistema inmunológico cuando por error, ataca sus propios tejidos y células. Puede causar daño en varias partes del cuerpo como las articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y el cerebro.


Por: Magdalena Ferreira

El Lupus es una enfermedad más frecuente en mujeres jóvenes y se estima que su origen surge entre factores genéticos, ambientales y hormonales que causan por error, el ataque del sistema inmunológico a sus propios tejidos y células, afectando diversos órganos y sistemas. Sus síntomas pueden ser muy diversos, entre ellos los más comunes son: sarpullidos, fiebre, artritis, vasculitis, afecciones dolorosas, pérdida de cabello (alopecía), afecciones cardíacas, pulmonares, renales, síndromes cerebrales orgánicos, alteraciones cutáneas diversas y convulsiones. Así como no se sabe en exactitud su origen, tampoco se ha encontrado una cura.

Los tratamientos tradicionales se enfocan en mejorar la calidad de vida al controlar los síntomas y minimizar los brotes, también se recomienda altamente acompañar el tratamiento con una dieta saludable y protegerse del sol. Pueden ser medicamentos antiinflamatorios y esteroides, pero depende del tipo y de la gravedad de cómo se presente la enfermedad.

En los casos más severos de la enfermedad cuando se pone en riesgo la vida, se utiliza un tratamiento de inmunosupresores (corticoides y citotóxicos).

Estos tipos de tratamientos pueden generar distintos efectos adversos, como afecciones renales, gastrointestinales y oftalmológicas.

En cuanto a los estudios del uso del cannabis medicinal para esta enfermedad, se sabe que varios cannabinoides ejercen efectos para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas, más que nada para sus dos síntomas más comunes: el dolor y la inflamación.

Entre aquellos cannabinoides, se distinguen la acción antiinflamatoria y antioxidante del CBD, la capacidad antiinflamatoria del THCA y la acción analgésica del THC, lo que se ve reflejado en la utilidad de las distintas variantes de cannabis y la buena respuesta a la combinación de las diversas vías de administración para el seguimiento y control de los síntomas propios de la afección.

Sin embargo, el uso de aceite de cannabis también debe tener su seguimiento y cuidado con responsabilidad:

  • Debe emplearse como fitoterapia complementaria y nunca como reemplazo del tratamiento
  • Su uso debe ser supervisado por un médico y un familiar.
  • Es recomendable llevar un registro de seguimiento sobre los efectos inmediatos y a largo plazo.
  • Los adultos mayores, quienes tienen antecedentes cardiovasculares, hepáticos, renales o psiquiátricos, deben ser especialmente precavidos con su uso.
  • Los extractos no deben contener alcohol ni contaminantes.
  • El método de administración influye en los efectos y su duración.
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