

Por: Magdalena Ferreira
La moda circular, o economía circular de la moda, es un término que últimamente se está volviendo cada día más popular, y en pocas palabras se trata de llevar adelante una moda sostenible; en esta nota iremos más a fondo para entender en qué consiste, cómo identificarla y cómo aplicarla en nuestra vida cotidiana.
Para entender más este nuevo término, debemos saber que la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. El impacto ambiental de la industria textil se extiende por todo su “ecosistema comercial”: desde la producción, distribución y exhibición hasta la adquisición, los procesos de cuidado y lavado y, finalmente, su desecho. Durante el ciclo de producción, se recicla muy poco y se explotan combustibles fósiles. Ya de entrada, la extracción de materias primas conlleva un costo ambiental significativo: la siembra de algodón, por ejemplo, va de la mano con el uso de pesticidas y fertilizantes perjudiciales para el suelo, que terminan promoviendo la degradación del mismo y provocando un arrastre de sedimentos que contaminan el agua, y además, el agua también es contaminada durante el proceso de producción, para luego ser desechada en ríos y mares.
Cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo, y el rubro del vestido utiliza 93 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas, indica la ONU.
Teniendo en cuenta toda esa contaminación, era necesario poner en práctica dentro de la industria algunos métodos sustentables, según varias organizaciones no gubernamentales, la economía circular en la moda es un sistema por el cual se regeneran los recursos y circulan entre diversos ecosistemas para extender su tiempo de vida al máximo, y que al final regrese a la naturaleza siendo un producto totalmente utilizado.
En este sentido, la economía circular o el modelo circular está pensando en la producción de productos que no terminen desechados una vez usados, sino que tengan al menos dos o tres usos más después de que fueron “desechados” por el primer eslabón de la cadena. En cierto sentido, la reutilización de objetos que creías desechables es parte de la generación de un sistema circular que involucra a más actores y procesos.
En términos de moda, los artículos como accesorios, ropa o piezas que están basados en la economía circular buscan estar diseñados para eficientar su uso, sus materiales, su biodegradación y su forma de reciclaje. También buscan mantener una gran sostenibilidad en las prácticas pre-producción y producción.
Más allá de productos que son eco-amigables, el modelo de círculo de la economía circular es bastante sencillo de explicar. Imagina que los productos que consumes están en el último eslabón de la cadena, es lo que tú consumes. Cuando tú consumes tu indumentaria al punto de que esta se rompe o deje de ser funcional, entonces lo pasas a otro eslabón que va hacia el reciclaje o el upcyling, que es la manera de reinventar prendas para darle una segunda vida.
Una vez que ha sido reformada y reciclada, la prenda puede ser nuevamente puesta a la venta y reutilizada por otra persona hasta que la prenda vuelva a presentar signos de uso significativo. El eslabón continúa y puede que se renueve otra vez la prenda, pero si no, se utilizan los materiales de distinta manera, como composta, como artículos de casa y posteriormente como uso en el ecosistema para regresarlo una vez más a la naturaleza.
El término de moda circular o economía circular en la moda, comenzó a utilizarse en 2014 y actualmente se ha popularizado tanto que muchas marcas han optado por este modelo para la generación de ropa sostenible, que permita darle continuidad a sus productos. En este sentido, la economía circular busca no generar desperdicios y por ende poca contaminación.