lunes 05 de junio de 2023 - Edición Nº1643

Opinión | 18 dic 2022

El día final

Es hoy: Argentina unida más que nunca

El Mundial en el que llegamos a la final todos juntos. Hoy nuestros superhéroes pueden hacer historia.


Por: Agustín Cámara

Son las 4 AM y dormir es algo imposible. En unas horas se juega la final de la Copa del Mundo entre Argentina y Francia en Qatar y también, es el último Mundial en donde veremos a Lionel Messi con la camiseta Argentina.

A las 0 horas de hoy sonó el Himno Nacional Argentino en todos los televisores del país, cantado por los jugadores. Esos jugadores que en un rato veremos salir a la cancha a representarnos a todos los argentinos, los mismos que le dieron alegrías y esperanzas a un pueblo triste y desesperanzado.


El mundial que jugamos todos

Es el primer Mundial en que cada uno de los argentinos nos sentimos parte de haber llegado hasta acá junto a los jugadores y el cuerpo técnico. El amor y la pasión que hay por esta Selección Argentina no distingue ideología ni religión: es el punto de encuentro de los 47 millones y estamos convencidos que cada acción que hicimos ayudó a la Scaloneta para estar en la final.

El abrazo en cada gol, el sufrimiento en los penales, el reír, llorar; el rezar o hechizar. Las coincidencias, el anulo mufa, el kirikocho, cada una de las cábalas, ¡las infaltables cábalas!

El verlo solos o verlo con amigos. El mirarlo en una casa diferente en cada partido, o en el televisor de una vidriera como el abuelo. El pantalón de todos los partidos, la camiseta sin lavar, la rutina de cada previa después de la trágica derrota ante Arabia Saudita. Elegir entre TV Pública, Tyc Sports o DirecTV. Los rivales congelados, los franceses que no vamos a congelar.

Llegamos hasta acá también por el infaltable "muchaaaaaachos", por la "abuela la la la", por las brujas, por las calles de las ciudades y pueblos repletas de gente, por las locuras de los festejos, por subirse al punto más alto existente para flamear una bandera Argentina, por el beso en el semáforo.

Todos fuimos parte de llegar hasta la final: sufriendo, transpirando la camiseta al mejor estilo argentino, pero fundamentalmente por nunca dejar de confiar como pidió Lionel.


Son nuestros Superhéroes

La totalidad del pueblo argentino miró, sufrió y festejó en este Mundial como hace rato no pasaba, incluso en el 2014 que llegamos a la final, no se vivió así. 

Salir a la calle y escuchar el "muchaaaachos" en recitales, bares, restaurantes, plazas, se hizo costumbre. Se canta con una sonrisa, inflando el pecho de orgullo porque en los ojos de cada uno de los hinchas hay esperanza y confianza en este equipo.

Sin dudas este Mundial será inolvidable, pase lo que pase hoy. El sentido de pertenencia con el equipo no tiene punto de comparación. El amor por cada uno de los jugadores es incondicional: niños y niñas soñando con ser Messi, teniendo al Dibu de ídolo y a Julián Álvarez como el nuevo hombre araña. Partidos en las plazas y en los barrios con jóvenes imitando ser Enzo Fernández, algun que otro aguerrido eligiendo ser Otamendi. Desde afuera, por qué no, alguien optando por dirigir como Scaloni.

En estas horas es imposible no emocionarse por todo. Emociona hasta las lágrimas escuchar a cada uno de los jugadores, ver la repetición de los partidos, las entrevistas, los festejos; imaginar a Lionel levantando la copa.

Cada uno de los jugadores tiene su historia particular, fueron criticados en el camino hasta llegar acá, pero con fuerza, humildad y trabajo demostraron ser imprescindibles. 

Son humanos y superhéroes porque devolvieron la felicidad y la esperanza a un pueblo triste y desesperanzado. Son superhéroes porque resistieron los ataques de los más villanos, de aquellos poderosos que quieren vernos perder. De aquellos que siempre quieren vernos caer, de los que Diego desafío y venció en el 86 y los que le cortaron las piernas en el 94.

Son nuestros superhéroes argentinos, los que les cuesta todo el doble, pero cada victoria hacen que se disfrute el triple.

Son los ídolos de los más chicos, la esperanza de los jóvenes, los recuerdos y las comparaciones de los más grandes.

Hoy pueden convertirse en los salvadores de una Nación. Los que nos devuelvan la sonrisa, los que hagan olvidar (aunque sea por unos dias) el mal momento que atravesamos.

Son quienes nos unieron más que nunca. Los que hicieron cruzar el mundo a miles y miles que estarán hoy en la cancha alentando y gritando por la Selección, estando a 13.000 km de distancia pero haciendo sentir al equipo que estamos en casa. 

No son solamente 26 jugadores. Juegan con 47 millones de argentinos alentándolos, con el mejor de la historia en la cancha, y con el mejor de todos los tiempos en el cielo: Diego, donde sea que esté, estará acompañando y alentándolo a Lionel.

Estos superhéores, si cumplen el sueño máximo, pasarán a la historia inmortalizada de nuestro pueblo. Y el superpoder de este equipo, sin dudas, es unir nuevamente a un país entero.

Porque llegamos juntos hasta acá, hoy más que nunca, estaremos unidos.

Vamos Messi, vamos jugadores, vamos Argentina.

 

 

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