viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Interés | 4 feb 2023

Viejo y peludo nomás

Bobi es el perro más viejo de la historia

Vive en Portugal, tiene 30 años y es raza mastín portugués. Superó a Spike, un chihuahua de Ohio de 23 años que hacía dos semanas había certificado el Récord Guinness.


Por: Lic. Agustín Cámara

Bobi tiene el nuevo Récord Guinness al perro más viejo del mundo - y de la historia - con sus 30 años. Es de raza mastín del Alentejo, autóctona de Portugal. 

La esperanza de vida de esta raza es de entre unos 12 y 14 años a lo que Bobi lo duplica con sus 30 años y 266 días certificados por Guinness World Records. Superó a Spike, un chihuahua de Ohio que hace tan solo dos semanas había sido condecorado como el más viejo del mundo con 23 años. 

Además, rompió el récord histórico que lo tenía Bluey, un boyero australiano que vivió 29 años y 5 meses entre 1910 y 1939.

La raza de Bobi ha sido tradicionalmente utilizada por pastores portugueses guardián de rebaños frente a los ataques de lobos y otros predadores. Según Leonel Costa, su actual dueño "Al día de hoy juega con gatos y creció siendo muy sociable y en un “ambiente tranquilo y pacífico”. Se crió en el pueblo rural de Conqueiros, en Leiria, algo que también influyó para su longevidad.

La historia de Bobi

Según el Servicio Médico-Veterinario del Ayuntamiento de Leiria y el SIAC (una base de datos de animales de compañía autorizada por el gobierno portugués) nació el 11 de mayo de 1992. Nació junto a otros tres cachorros en la casa de la familia de Leonel Costa, en una época en la que tenían muchos animales y sus padres decidieron sacarlos de su hogar.

“Por desgracia, en aquella época era considerado normal por las personas mayores que no podían tener más animales en casa [...] enterrar a los animales en un agujero para que no sobrevivieran”, dijo.

A pesar de eso, notaron un comportamiento raro en Gina, la madre de Bobi (vivió hasta los 18 años): la perra constantemente al lugar en el que había parido a los cuatro perros. Decidieron seguirla junto a sus hermanos para entender qué estaba pasando y descubrieron que sus padres se habían dejado uno de los cachorros sin saberlo ya que se camuflaba con el bosque.

Desde ahí, la existencia de Bobi fue un secreto de Leonel y sus hermanos: “Sabíamos que cuando el perro abriera los ojos, mis padres ya no lo enterrarían. Era de conocimiento popular que este acto no podía ni debía hacerse”. Si bien los castigaron por haberlo hecho, aseguran que valió la pena.

Su dueño aseguró que se alimenta de "comida de humanos" y que la prefiere antes que la de perro. 

Y en época de Argentina campéon del mundo con el éxito de "Muchachos" le dedicamos la canción en la que el hitazo se inspiró: Bobby, mi buen amigo.

 

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