Por: Juan Agustín Correa López

Los vigentes campeones del mundo se llevaron unos muy trabajados tres puntos en el Estadio Diego Armando Maradona de la ciudad de La Plata. Fueron prácticamente visitantes, la gran concurrencia de público uruguayo y la histórica aversión del público anfitrión acarreada desde la guerra de Malvinas contribuyeron a que “El que no salta es un inglés” sea la canción más escuchada de la tarde.

El marcador se quebró a los 22 minutos, córner desde la izquierda y en medio del tumulto de camisetas blancas y celestes emergió Bashir Humphreys, zaguero del Paderborn cedido por el Chelsea, para acallar al estadio con un certero cabezazo. Uruguay buscó vulnerar la defensa rival con las individualidades de Franco González, Andrés Ferrari y Matías Abaldo. Sin embargo, la mala toma de decisiones en el último cuarto de cancha y la falta de puntería impidieron el empate.

Los dirigidos por Ian Foster resistieron estoicamente las embestidas charrúas y cuando estos bajaron la guardia dieron otro golpe certero. En la agonía del primer tiempo, concretamente en el minuto 4 del adicional, Alfie Devine transformó un contragolpe en gol y puso el 2 a 0 parcial.

A tan solo 4 minutos del arranque del segundo tiempo Uruguay encontró el descuento en manos de Franco González. El hombre de Danubio cazó un rebote surgido de un remate de Abaldo y volvió a meter a su equipó en el partido tras batir el arco de Cox.

Uruguay buscó el empate, llegaron por todos lados, pero los ingleses se hicieron fuertes en defensa con su gran poderío físico; hasta que, en un contragolpe, en el 90 + 5 Darko Gyabi, la gran figura del partido penetró el área desde la derecha y definió al segundo palo para liquidar el partido y con ello las esperanzas uruguayas. Minutos después, en la última jugada Matías Abaldo convirtió el descuento para los charrúas y para poner el 3-2 definitivo.