Por: Lic. Agustín Cámara

Argentina es potencia en los deportes y no hay dudas al respecto. Esta vez el país se destacó en el ajedrez con Faustino Oro, el talentoso jugador que se convirtió en el Maestro Internacional más joven de la historia con 10 años, 8 meses y 16 días. Este fin de semana finalizó puntero e invicto en el Torneo de Maestros que se llevó a cabo en el Club d´Escacs de Barcelona, y logró el tan prestigioso título en una edad récord.

Superó el récord que estaba desde 2019, cuando el niño Abhimanyu Mishra (EE.UU.), con 10 años, 9 meses y 3 días se convirtió en Maestro Internacional de Ajedrez. Con los puntos obtenidos en este último torneo alcanzó los 2416 puntos del ranking de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) siendo además el único ajedrecista del mundo en alcanzar esa cifra a tan corta edad.

En este último semestre, el joven disputó 56 partidas clásicas (o ajedrez pensado), con 17 victorias, 30 empates y sólo 9 derrotas, acumulando un récord de 31 partidas sin rendiciones. Según expertos el próximo año alcanzará el título de Gran Maestro, un reconocimiento vitalicio de excelencia, por lo que podía nuevamente hacer historia.

Con respecto al logro alcanzado, el padre (Alejandro Oro) habló con Infobae: “A Romina (la mamá) y a mí nos daba igual el tema del récord, pero Fausti quería el título de maestro internacional; a él le importaba más lograr el título porque su mente no tiene capacidad para magnificar una plusmarca”.

A principios de este año, "El Messi del ajedrez", le había ganado una partida al actual N°1 y cinco veces campeón mundial Magnus Carlsen. Fue en el modo “bullet” (a un minuto para cada jugador) correspondiente al circuito de torneos Bullet Brawl que semanalmente se lleva a cabo por Internet en el sitio Chess.com, y su nombre comenzó a llamar la atención de todo el mundo. 

El prodigio vive junto a sus padres en Badalona, España, donde se mudaron para seguir apostando al crecimiento de su carrera. Es incierto el futuro de este talentoso niño y por lo pronto habrá que acompañarlo y disfrutar de sus partidas.