martes 29 de abril de 2025 - Edición Nº2337

Perfiles | 30 jun 2024

Entrevista

Un día siendo doble de riesgo: del videoclip de LIT Killah a una serie de Netflix

Se trata de Matías Ivanobski, el profesional de las artes marciales que pone su cuerpo para las escenas de acción más peligrosas y que llegó a compartir set de grabación con figuras de la talla de Diego Peretti.


Por: Agustina Miranda

Las oficinas del estudio jurídico se dieron vuelta después de la llegada del grupo de hombres con el rostro cubierto. Ellas, asustadas frente a tanta violencia, observan cómo la pistola de uno de ellos les apunta sin temblar, mientras responden al grito de “¡Pará, pará!”. Están atrapadas. Si creían que les quedaba alguna chance de sobrevivir, esa posibilidad quedó diluida después de ver cómo uno de los hombres arrojó a una con todas sus fuerzas y la dejó caer desde la ventana de uno de los pisos del edificio. El fin ya llegó para una de las abogadas.

 

—¡Corte! —dijo el director de la escena de riesgo para “El Reino”, la serie de Netflix que vio la luz en 2021.

 

Matías Ivanobski, el argentino de 36 años que se dedica a las artes marciales desde que cumplió los 18, nunca se había imaginado que iba a terminar trabajando como doble de riesgo para una de las series de producción nacional más exitosas en la época de la pandemia, y que iba a ser uno de los tantos labores con tanto alcance.

 

El doble de riesgo es considerado el oficio más peligroso del mundo del espectáculo. Su nombre advierte que los elegidos deben enfrentarse a cientos de amenazas con tal de lograr la escena de ficción perfecta; para completar una historia o para resguardar a la figura estrella que no puede exponerse a un posible accidente. Para eso están ellos, quienes se ponen al hombro los trucos más revoltosos, los choques de autos más potentes del cine, las caídas de alturas, las explosiones y todo tipo de travesías que quedan documentadas frente a las cámaras.

 


 

En el caso de Matías, él toma las riendas de un stunt, quien no necesariamente reemplaza a un actor, sino que se desempeña como el especialista de acción que toma el rol de un personaje que pone el cuerpo y la fuerza para un proyecto audiovisual. Semejante trabajo no sería posible sin el uso de protecciones, la presencia de un coordinador de acción, un rígido entrenamiento, una dieta que los obliga a mantenerse saludables y el complemento de otras disciplinas como las artes marciales.

 

Este trabajo llegó a Matías sin planearlo. Reconoce que su pasión por las artes marciales se debe a su gusto de la infancia por las películas de Jackie Chan y Jet Li, pero nunca había pensado en la relación entre ese deporte y ser doble de riesgo. No hasta aquella tarde de 2017 recibió un mensaje de un reconocido personaje de Titanes en el Ring, quien lo vio como la figura indicada para formar parte de su taller para los stunt.

 

—¡Ese soy yo! —recuerda lo que dice Matías al momento de verse en las pantallas—. Muchas veces el trabajo nuestro es decirle a los que estamos al lado: “Ese que está con la capucha ahí, que no sabés sabe quién es, soy yo”.

 

Aún recuerda con una sonrisa el momento de verse en el videoclip de “En la oscuridad” de María Becerra y LIT Killah, quienes habían sido definidos por su jefe como “esos cantantes de trap o rap, no sé”. Al ritmo de un beat movido y festivo, el stunt se calzó un traje de oficial de seguridad, frunció el ceño e intentó lanzar balazos con su arma ficticia. Lo que su personaje no se esperaba era que los proyectiles no iban a salir, por lo que se puso frente a frente con el cantante y comenzó la batalla. Con los puños en alto y ambas miradas a la misma altura, comenzó la repartija de golpes de izquierda a derecha y de arriba a abajo, hasta que LIT Killah dio la patada final que lo estampó contra una de las puertas, provocando el choque de su cabeza contra la pared y la caída que terminó con su rodaje.

El desafío de las mil y una facetas llegó al momento de participar de “El Reino” junto a actores de renombre como Diego Peretti, el Chino Darín, Joaquín Furriel o Mercedes Morán. En el capítulo 4 titulado “Violencia divina”, encarnó a uno de los pretorianos que respondían al personaje Emilio Vásquez Pena. En medio de los disturbios subió cubierto por un pasamontañas a uno de los edificios donde estaban las abogadas en diferentes oficinas, y a la cuenta de 3 empezó la escena: corrió con todas sus fuerzas y agachó la cabeza lo suficientemente rápido para que la cámara no lo choque. Además, debía agarrar un arma y apuntar a las mujeres hasta que una de ellas fuerasea finalmente lanzada por la ventana del lugar. 

 

Siempre está la adrenalina al momento de escuchar “prepárense que grabamos”. Siempre me agarran nervios, pero después me meto en personaje y voy para adelante. Desaparecen todos y hasta que no dicen “corte” no paro.

 


 

Algo similar ocurrió al momento de formar parte del rodaje de “Jaque Mate”, la película de Adrián Suar, donde cuando fue el encargado de manejar un auto con explosivos y huir con toda la velocidad de sus piernas chocando contra el piso, una y otra vez, hasta la explosión total del vehículo. Esa adrenalina, disfrazada de un personaje que parece no sentir nada y que puede con todo, esconde un miedo que mantiene a la hora de enfrentar cada nuevo desafío, y la cual recuerda tocándose las partes de su cuerpo para intentar protegerse de esos recuerdos. 

 

Hoy por hoy, da clases de tai chi los lunes, miércoles y viernes a la mañana; mientras que los martes y jueves enseña combate. Todo tiempo libre lo aprovecha en el gimnasio que construyó en su propia casa, donde tiene un lugar autónomo para prepararse físicamente. Además, algo que no para en ningún minuto del día es su mente: cuando habla con sus colegas, planifican videos para las redes sociales donde muestran lo que hacen, graban coreografías de lucha y las exponen para después presentarlas ante eventuales propuestas a productoras de cine.

 

Intercala con la participación en proyectos que aún no salieron y, con el pecho inflado de orgullo al contarlo, a veces lo llaman para entrenar a actores como Joaquín Furriel o cantantes de la talla de Nicki Nicole. Al momento que le llega una nueva notificación para formar parte de otro set de grabación, le recorre por la espalda la adrenalina que indica que una nueva jornada está por llegar. Otro desafío desconocido la depara para el día laboral.

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