La historia de Tonya Harding y su película biográfica protagonizada por Margot Robbie

Tonya Harding es una patinadora artística que desde los tres años se adentró en el mundo profesional del patinaje y recorrió esa pasión a lo largo de sus años. Con una fuerte competencia, terrible exigencia y altos estándares que no llegaba a cumplir por las propias presiones del ambiente; Tonya sufrió grandes maltratos y tuvo que afrontar "la culpa" arrojada por las personas que la rodeaban debido al ataque hacia su rival, Nancy Kerrigan.

Harding transitó unos impactantes primeros años de su vida junto a su madre, Lavona Golden, quien ejercía maltrato físico y verbal hacia la patinadora, hecho que se incrementaba con las tensiones de las competencias y le inculcó una idea de normalización de la violencia en las relaciones; aspecto que se replicó con su primer pareja, Jeff Gillooly.

Frente a la dura realidad, Tonya se reivindicó como ganadora de la competencia Skate América en 1989 y campeona de los Estados Unidos en 1999. Sin dudas, su logro más importante fue hacer un triple Axel, un salto con un giro de tres vueltas y media, considerada la técnica más compleja, la cual la coronó como la primera en lograrlo en una competición.

La película estrenada en Netflix, "I, Tonya" (2017), es interpretada por Margot Robbie, quien encarnó sus vivencias, dolores y temores más profundos, con una disyuntiva entre el pico máximo del éxito y la desgracia e injusticia impuesta en la mujer.

El documental se enfoca en un momento central que marcó la carrera de la patinadora, cuando quedó involucrada en uno de los conflictos deportivos más escandalosos de aquellos tiempo en Estados Unidos. Corría el año 1994 y se estaban por disputar los Juegos Olímpicos de Invierno, cuando le rompieron la rodilla a su más grande contrincante, Nancy Kerrigan.

Tonya quedó envuelta en una tragedia sin marcha atrás a causa de su esposo, Jeff, el amigo de él, Shawn Eckardt, y dos matones encargados del delito. Tiempo después, se declaró culpable por "obstruir la Justicia en la investigación del caso", por lo que le dieron tres años de libertad condicional, 500 horas de servicio comunitario, 100 mil dólares de multa y su peor castigo: renunciar a la Asociación de Patinaje Artístico de Estados Unidos y no poder volver a pisar una competencia o evento de patinaje.

Una de las últimas líneas de la película, la tienen a Tonya con el dolor máximo en su alma: "Es como si me diera una cadena perpetua. Sólo métanme en la cárcel y así podré seguir patinando".

Mirá el trailer de "I, Tonya" disponible para ver en Netflix: