El 14 de diciembre de 2003, Boca Juniors se consagró campeón de la Copa Intercontinental tras vencer al AC Milan en el International Stadium Yokohama de Japón. Liderados por Carlos Bianchi, los xeneizes lograron una victoria histórica que marcó un antes y un después en el fútbol argentino.
El partido fue una verdadera batalla futbolística. El Milan, con estrellas como Paolo Maldini, Kaká y Andriy Shevchenko, llegaba como claro favorito. Sin embargo, Boca Juniors demostró su característica garra y logró igualar el marcador 1-1 en el primer tiempo gracias a un gol de Matías Donnet a los 29 minutos, luego de que Jon Dahl Tomasson pusiera en ventaja al conjunto italiano.
El empate se mantuvo durante los 90 minutos y el tiempo suplementario, llevando la definición al dramático desenlace por penales.
En la tanda de penales, Roberto Abbondanzieri se convirtió en el héroe indiscutido de la noche al atajar dos de los 4 penales pateados por el MIlan. Boca ganó por 3-1, con los goles desde los doce pasos de Rolando Schiavi, Matías Donnet y Raúl Cascini. Por el lado del Milan, solo Rui Costa logró convertir.
Esta victoria no solo significó la tercera Copa Intercontinental para Boca Juniors, sino también el último título de este tipo ganado por un equipo argentino antes de que fuera reemplazado por la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.