El partido entre Gimnasia y Atlético Tucumán en el estadio Juan Carmelo Zerillo terminó envuelto en polémica por una insólita falla eléctrica que derivó en un show de luces, apagones, suspensiones momentáneas y fuertes acusaciones del lado visitante.
A mitad del segundo tiempo, cuando el Decano atravesaba su mejor pasaje en el juego, las luces del Bosque comenzaron a fallar. Primero hubo destellos irregulares que generaron desconcierto y, finalmente, un apagón parcial obligó a detener el encuentro.
El entrenador de Atlético Tucumán, Lucas Pusineri, no ocultó su malestar y puso en duda la legitimidad del corte eléctrico. “El equipo mío llegó tres veces y apagaron las luces”, lanzó en diálogo con ESPN, dejando entrever que no se trató de un problema casual.
El DT incluso calificó la situación como “vieja”, en referencia a la sospecha de que este tipo de maniobras ya habían ocurrido antes. “Lo que sí dijo bien (Pablo) Dóvalo es que si se está jugando el partido y no se termina, después no se vuelve a reanudar”, agregó con ironía.
En un primer momento, el árbitro dio por suspendido el encuentro, lo que provocó aún más enojo en el banco visitante. Sin embargo, tras varios minutos de espera y negociaciones, se decidió continuar con los 17 minutos que restaban.
El reinicio no estuvo exento de dificultades: la luz volvió de manera intermitente y se apagó nuevamente a los pocos segundos, lo que generó un escenario de incertidumbre. Finalmente, el partido se disputó sin la luminaria de la platea René Favaloro, lo que dejó un marco atípico y con escasa visibilidad para los jugadores.
Pese a las quejas y la tensión, el encuentro llegó a su final en condiciones poco habituales, quedando la sensación de que el corte de luz fue tan protagonista como el propio fútbol.
CON ILUMINACIÓN LIMITADA, ASÍ SE TERMINÓ JUGANDO EL ENCUENTRO: