Milo J presentó su esperado álbum La vida era más corta, un trabajo que lo confirma como uno de los artistas más originales y visionarios de la nueva generación argentina. Con un recorrido de 15 canciones, la obra propone un viaje sonoro que fusiona lo ancestral con lo contemporáneo, con una narrativa que habla de memoria, cicatrices y transformación.
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El disco fue producido por el propio Milo J junto a Tatool y Santiago Alvarado, y cuenta con colaboraciones que elevan su carácter conceptual. Entre ellas se destacan figuras históricas como Cuti y Roberto Carabajal, íconos del folklore argentino, y la voz inmortal de Mercedes Sosa en fragmentos de estudio que suenan como un rezo.
También participan Trueno, Soledad Pastorutti, Silvio Rodríguez y artistas emergentes como Radamel y Paula Prieto. Además, Nicki Nicole, Yami Safdie y la murga uruguaya Agarrate Catalina aportan arreglos vocales que suman texturas y diversidad a una propuesta profundamente latinoamericana.
La obra no se limita a lo musical. Los visualizers fueron grabados en Suncho Corral y Villa Atamisqui, en Santiago del Estero, con estética cinematográfica y la participación de pobladores locales. Uno de los más impactantes, Bajo de la piel, se filmó en un cementerio ancestral, reforzando la conexión entre cicatrices, memoria y resistencia.
“Todos los que participaron nos contaron que gracias a esta iniciativa ahora el mundo se iba a enterar que esas personas existieron y siguen en nuestra memoria”, expresó Milo J, quien además destacó el vínculo personal con Santiago del Estero, tierra natal de su bisabuela.
Con esta obra, el músico vuelve a tender puentes entre tradición y modernidad, ofreciendo un disco que honra las raíces sin perder frescura y que reafirma el lugar de la música argentina en la escena global.