El camino de Gimnasia hasta la semifinal

Gimnasia llegó a semifinales del Torneo Clausura luego de un largo camino marcado por dos entrenadores muy diferentes y peleando por el descenso se encontró con una posibilidad que lo llevó hasta donde está hoy.

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El Torneo Clausura comenzaría luego de una mini pretemporada donde el Lobo decidió que Alejandro Orfila sea su nuevo entrenador. El dt uruguayo debutó ante Instituto de Córdoba en el Juan Carmelo Zerillo en lo que sería la derrota de su equipo por la mínima. 

Luego, llegaría su racha más positiva del ciclo con un empate en 0 ante San Lorenzo y dos victorias, ante Independiente y Godoy Cruz por 1-0 y 2-1 respectivamente. De allí en más el Lobo cayó ante Lanús por 2-1 y luego ante San Martín de San Juan por la mínima. De local logró vencer a Atlético Tucumán por 1-0 y luego consiguió un empate sin goles ante Racing en el Cilindro de Avellaneda.

A partir de allí, llegaría la etapa más costosa para Gimnasia, donde todos sus rivales directos en la lucha por el descenso sumaban, y el Tripero solo perdía y profundizaba su crisis futbolística, una crisis a la que Orfila, nunca pudo encontrarle la vuelta. El Lobo cayó 3-1 ante Unión, 1-0 visitando a Riestra y posteriormente 3-1 en la visita de Ángel Di María al Juan Carmelo Zerillo con Rosario Central.

Ángel Di María pidiendo disculpas a la hinchada de Gimnasia tras su gol en la victoria por 3-1 de Rosario Central en el Bosque.

El albiazul tenía todas las condiciones para pelear por el descenso hasta las últimas fechas, la continuidad de Alejandro Orfila ya pendía de un hilo y le tocaba visitar a Sarmiento en Junín, en una cancha que al Lobo siempre se le hizo dificil. Gimnasia no jugó bien, pero antes de ir al descanso Marcelo "Chelo" Torres cambió un penal por gol para mantener viva la ilusión del Tripero. En el complemento el equipo platense la pasó muy mal y allí apareció por primera vez la mano salvadora de Nelson Insfrán, quien contuvo un penal clave para darle la victoria al Lobo y darle un respiro en la lucha baja.

Luego llegó un partido clave, en el Bosque frente a Talleres, un rival hiper directo en la lucha por el descenso, si Gimnasia ganaba iba a conseguir alejarse y bastante de la zona baja, pero el destino (y Orfila) no tenían los mismos planes para el Tripero. En la última jugada del partido, la T marcó el gol de la victoria y el Lobo perdió una oportunidad única.

Con el clásico a la vuelta de la esquina y Orfila siendo totalmente cuestionado por todos los hinchas, la comisión directiva presidida por Mariano Cowen decidió ponerle punto final a su paso por el club. Al que le tocaba agarrar el fierro caliente era a Fernando Zaniratto, dt de la reserva.

Alejandro Orfila solo dirigió 13 partidos a Gimnasia. Ganó 4, perdió 7 y empató 2. Foto: Prensa Gimnasia.

Para el clásico decidió disponer del ingreso de Nicolás Barros Schelotto y de Augusto Max en el mediocampo en lugar de Garayalde y Seoane (dos piezas fijas e inamovibles para Orfila). Si bien el Lobo terminó perdiendo el clásico y Augusto Max cometió un grosero error en el segundo gol de Carrillo, el equipo se mostró abierto al cambio y el "Heredero", hijo de Guillermo y sobrino de Gustavo Barros Schelotto, entró para no salir más del equipo.

Sumido en la lucha por el descenso y debiendo sumar de a tres si o si para no quedar condenado en las últimas fechas, Gimnasia debía salir a buscar como sea al menos un punto en su visita al Monumental ante un River que venía de capa caída. Nuevamente el Chelo Torres cambió un penal por gol y Nelson Insfrán ante un polemiquísimo penal contuvo el remate de Borja para el desahogo de todo el Triperío que comenzaba a salvarse del descenso.

La victoria de Atlético Tucumán 2-1 ante Godoy Cruz le confirmó la salvación que inició ante el Millonario, antes de tener que jugar ante Vélez, que de todas maneras, también se iba a llevar la victoria (por 2-0) mostrando una cara totalmente diferente y con un equipo totalmente renovado ante las salidas de Suso, Garayalde, Seoane y Briasco por las entradas de Martínez, Barros Schelotto, Max y Piedrahita.

Ahora no solo estaba salvado si no que el Lobo se ilusionaba con una clasificación a playoffs que semanas atrás parecía casi imposible. La contundente victoria 3-0 ante Platense le dio los puntos necesarios al Tripero para poder clasificar en la séptima posición a los octavos de final del Torneo Clausura.

El emparejamiento con Unión, ubicado en la segunda posición de su zona parecía un partido difícil para los de Zaniratto. Lejos de ser así, Gimnasia consiguió una victoria clave, manteniendo la solidez, el orden y la paciencia durante los 90 minutos de juego.

El característico festejo de Nicolás Barros Schelotto y Manuel Panaro que ya es una fija para el Lobo. Foto: Prensa Gimnasia.

El verdadero desafío llegó en los cuartos de final donde enfrentó a Barracas Central, el equipo del presidente de la AFA, Claudio Tapia en su estadio homónimo. El arbitraje estuvo bajo las atentas miradas de los medios, los neutrales y los propios hinchas del Lobo que desconfiaban de que podría haber alguna "mano negra" para favorecer al equipo de bastones rojos y blancos. Finalmente esto no sucedió y Gimnasia volvió a ganar con contundencia por 2-0, pero pasandola "mal" en algunos tramos del partido.

De esta manera, y bajo un estado de gracia enarbolado por Fernando Zaniratto e impensando hace un mes y semanas atrás, el Tripero consiguió el pase a la semifinal, en donde enfrentará, nada más y nada menos que al clásico rival de toda la vida en busca de un lugar en la final del Torneo Clasura de la Liga Profesional de Fútbol.