La Plata llega al brindis con cortes de luz y agua: el reclamo que se multiplica

El 31 de diciembre se vive con tensión en La Plata. Mientras el termómetro marca temperaturas sofocantes, numerosos barrios permanecen sin luz y, en muchos casos, también sin agua. La combinación de altas temperaturas, fallas en los servicios básicos y respuestas escasas provoca una fuerte reacción vecinal en pleno cierre de año.

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Desde las primeras horas de la mañana, los cortes de energía eléctrica afectan a distintas zonas de la ciudad. En algunos barrios, la interrupción del servicio ya supera las 10 horas, obligando a los vecinos a soportar el calor sin ventiladores ni aire acondicionado. La situación se vuelve crítica dentro de las viviendas, sobre todo para adultos mayores, niños y personas con problemas de salud.

A la falta de luz se suma un problema igual de grave: la escasez de agua potable. En varios sectores de La Plata, la presión es mínima o directamente no sale agua de las canillas, lo que agrava el escenario en una jornada atravesada por el calor extremo. Sin agua y sin energía, muchas familias pasan el día buscando alternativas para sobrellevar la situación.

Los reclamos se multiplican a través de redes sociales, llamadas telefónicas y mensajes a los canales oficiales. Sin embargo, vecinos aseguran que las respuestas son insuficientes y que no hay información clara sobre cuándo se normalizarán los servicios. La bronca crece con el correr de las horas y la incertidumbre se instala a medida que se acerca el brindis de Año Nuevo.

El contexto climático no da respiro. Este miércoles, La Plata registrará temperaturas cercanas a los 40 grados, con una sensación térmica aún más elevada. La alta demanda eléctrica vuelve a poner en evidencia las limitaciones del sistema ante picos de consumo, una situación que se repite cada verano y vuelve a generar malestar entre los vecinos.

Así, La Plata despide el año en medio de cortes, quejas y un marcado hartazgo vecinal. Para muchos frentistas, pasar el último día del año sin luz ni agua expone problemas estructurales que siguen sin resolverse y que vuelven a quedar en primer plano cuando el calor aprieta