Este martes, Boca le ganó por 2 a 0 a Independiente de Rivadavia en la Bombonera por la quinta fecha del Torneo Apertura de la Liga Profesional. El Xeneize fue de menor a mayor y debió enfrentarse al nerviosismo de los hinchas, que pasaron de la reprobación y los silbidos al eufórco festejo.

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El equipo de Fernando Gago comenzó intentando imponer el ritmo, aunque con claras dificultades en el juego y sin poder soltar del todo a un rival que tenía mucha velocidad en ataque con el ex Boca Sebastián Villa. Incluso, la primera jugada clara la tuvo la Lepra mendocina en los pies de Luis Sequiera y un remate que contuvo Agusitín Marchesin. 

Cuando el Xeneize prometió más, generó dos chances con Milton Giménez desviando apenas su remate con un roce en un defensor y con Miguel Merentiel exigiendo a Ezequiel Centurión. Tras eso, Gago debió reordenar el equipo por la lesión de Tomás Belmonte, por lo que Luiciano Di Lollo ingresó como zaguero junto a Ayrton Costa, y Rodrigo Battaglia pasó a ser el mediocampista central.

Lo que restó del primer tiempo aburrió a todos y el encuentro volvió a hundirse en la intrascendencia, con los de La Ribera con grandes difucltades en la generación de juego y provocando la impaciencia del público, que lo despidió rumbo al descanso con silbidos e insultos.

A los 5 minutos del complemento, Boca hiló una jugada que parecía que no terminaba en nada luego de un pase muy largo de Milton Giménez que controlaría sin problemas Centurión, pero la fortuna lo favoreció: al arquero se le escapó la pelota y aprovechó Merentiel para anotar el primero.

Los de Alfredo Berti no renunciaron a seguir buscando en desventaja, y por unos instantes parecieron un vendaval decidido a igualar acciones: a Mauricio Cardillo le desviaron un remate por arriba y Sheyko Studer estrelló un tiro en el travesaño tras el roce en la estirada de Agustín Marchesín.

No obstante, el Xeneize lo ganó con los ingresos de Exequiel Zeballos y Joaquín Ruiz, los mendocinos se desinflaron y recién a la media hora de juego apareció el Changuito con un tiro al horizontal que llegó a desviar Centurión. Hasta que a los 37 Giménez disparó de afuera, dio rebote el arquero y se acomodó Zeballos para definir junto a su palo izquierdo.

Lo que había sido reprobación se transformó en euforia y Boca terminó la noche con un bálsamo que -espera- le sirva para encauzarse definitivamente en el torneo. En la próxima fecha visitará a Banfield en el Estadio Florencio Sola.

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